Page 190 - El nuevo zar
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entendería. Después de todo, luchamos juntos por la independencia de nuestro
               país.»[19]  El  día  de  la  oferta  de  Putin,  Masjádov  había  planeado  viajar  a
               Daguestán  para  reunirse  con  su  presidente  y  explorar  la  posibilidad  de
               negociar  con  Moscú,  pero  debió  anularlo  porque  los  manifestantes  en

               Daguestán bloquearon la calle.[20] Era demasiado tarde, en cualquier caso.

                    Al  día  siguiente,  el  ejército  ruso  y  soldados  del  Ministerio  del  Interior
               llegaron  en  masa  a  Chechenia.  A  pesar  de  las  negaciones  de  Putin,  había

               comenzado  una  invasión  total.  Cerca  de  cuarenta  mil  soldados  habían
               participado en la primera guerra de Chechenia, muchos de ellos reclutas sin
               experiencia, pero ahora Putin ordenó enviar a más de noventa y tres mil, casi

               el  tamaño  de  la  fuerza  soviética  que  invadió  Afganistán,  un  país  cerca  de
               cuarenta  veces  más  grande.[21]  El  1  de  octubre  declaró  que  Rusia  ya  no
               reconocería al Gobierno de Masjádov; en cambio, reconoció a un parlamento

               regional que había sido electo en 1996 durante la ocupación militar rusa. Sus
               miembros se encontraban ahora mayormente en Moscú o en otros lados, pues

               se  habían  marchado  cuando  los  rusos  se  retiraron  después  de  la  primera
               guerra.  La  declaración  puso  fin  a  las  escasas  probabilidades  que  tal  vez
               existiesen de llegar a un acuerdo negociado. Putin no lo quería realmente, de
               todos  modos.  Masjádov  se  unió  a  Basáiev  y  los  otros  comandantes  más

               radicales en una defensa sangrienta de la patria chechena. El 5 de octubre, las
               tropas  rusas  ya  ocupaban  el  tercio  norte  de  Chechenia,  hasta  el  río  Térek,

               como  había  sido  la  intención  del  plan  secreto  iniciado  en  primavera.  Una
               semana más tarde, cruzaron el río y avanzaron hacia Grozni.

                    Putin  prometió  no  repetir  los  errores  de  la  primera  guerra,  por  lo  cual

               muchos infirieron que no iba a lanzar una ofensiva terrestre sin cuartel para
               hacerse con el control de toda la república. Pero eso era exactamente lo que
               tenía pensado hacer, solo que esta vez desplegó toda la fuerza del poder aéreo
               ruso para minimizar la pérdida de vidas en las tropas rusas, sin importar la

               cantidad de bajas dentro de Chechenia.

                    «La diferencia es que esta vez no enviaremos irreflexivamente a nuestros
               hijos a encajar el fuego hostil —le dijo al periódico Vremia—. Actuaremos

               con la ayuda de fuerzas y medios modernos y destruiremos a los terroristas a
               distancia.  Destruiremos  la  infraestructura.  Y  se  utilizarán  tropas  especiales
               solo  para  despejar  territorios.  No  habrá  más  ataques  frontales.  Vamos  a

               proteger  a  nuestros  hombres.  Desde  luego,  esto  requerirá  de  tiempo  y
               paciencia.  Aprovecho  esta  oportunidad  para  instar  a  los  lectores  y  otros  a
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