Page 214 - El nuevo zar
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«azúcar»  y  desactivado  el  detonador.  El  periódico  también  encontró  a  un
               paracaidista del 137º Regimiento, apostado en una base cerca de Riazán, que
               había  recibido  la  orden  de  vigilar  un  almacén.  Dentro,  él  y  otro  soldado
               encontraron varias decenas más de sacos etiquetados como «azúcar». «El té

               hecho con este “azúcar” sabía mal, y para nada dulce», escribió el periódico.
               El soldado informó a su comandante de pelotón que había pedido a un experto

               que  conocía  que  probara  la  sustancia.  Era  un  explosivo,  hexógeno.  El
               paracaidista fue identificado únicamente como Alekséi P.,[19] y la prueba fue
               solo circunstancial, pero el periódico sugirió que los sucesos en Riazán y las
               explosiones en Moscú y Volgadonsk quizás no habían sido actos de terroristas

               contra el Estado, sino actos terroristas perpetrados por el Estado.

                    «¿Por qué guardaban hexógeno en una base del servicio especial y por
               qué estaba empaquetado en sacos de azúcar? —preguntaba el periódico—. De

               acuerdo  con  los  zapadores,  los  explosivos  en  tales  cantidades  no  se
               transportan ni almacenan de esa forma porque es demasiado peligroso. Medio

               kilo es suficiente para hacer volar un pequeño edificio.»[20] El ascenso de
               Putin,  insinuaba  el  periódico,  podía  no  haber  sido  un  regalo  providencial
               después de todo, sino el resultado de un pecado atroz. El 16 de marzo, un
               ciberataque destruyó la edición del día siguiente del periódico.


                    Ese mismo día, el FSB, que había permanecido mayormente en silencio
               acerca  de  las  explosiones  desde  el  otoño,  dio  una  rueda  de  prensa  para
               anunciar  que  su  investigación  había  establecido  la  vasta  red  de  insurgentes

               que  habían  estado  involucrados  en  los  ataques,  los  cuales,  insistía  un
               portavoz, habían sido organizados en Chechenia.[21] El FSB también alteró

               detalles  significativos  en  su  nueva  versión,  especialmente  los  que
               involucraban  los  explosivos.  En  lugar  de  hexógeno,  que  es  producido  y
               custodiado  de  cerca  por  las  fuerzas  militares,  dijo  el  FSB,  los  terroristas
               habían  utilizado  una  mezcla  más  común  de  fertilizantes  ampliamente

               disponibles. Las versiones confusas y cambiantes del FSB desafiaban incluso
               a aquellos que se inclinaban por creer que eran terroristas los responsables. En

               las  entrevistas  de  campaña  compiladas  en  el  libro  Ot  pervogo  litsa,  Putin
               descartaba las sospechas al considerarlas una locura. «Nadie en los servicios
               especiales de Rusia sería capaz de tal crimen en contra de su propio pueblo —
               dijo—.  La  sola  suposición  de  ello  es  inmoral.  No  es  más  que  parte  de  la

               guerra de información contra Rusia.»[22] ¿Quién exactamente estaba librando
               esa guerra? Putin no lo explicó.
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