Page 217 - El nuevo zar
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periodistas independientes que ahondaron en la cuestión murieron según un
patrón tan perturbador que era difícil considerar sus muertes una mera
coincidencia.
Incluso algunos allegados a Putin intentaban entender los hechos de las
espantosas explosiones. «No lo sé», dijo Mijaíl Kasiánov, un funcionario del
Ministerio de Finanzas de los últimos años de Yeltsin, más de una década
después. El 3 de enero, dos días después de convertirse en presidente interino,
Putin había ofrecido a Kasiánov el puesto de primer ministro, aunque no se
hizo oficial hasta después de su elección. Putin dejó muy claras las reglas
básicas: Kasiánov se ocuparía del Gobierno, el presupuesto y la economía,
pero los servicios de seguridad seguirían estando en el ámbito de Putin. La
idea de que las explosiones que mataron a trescientos civiles inocentes
pudiesen ser obra del Gobierno al que se había sumado bajo el nuevo
presidente, o incluso de elementos canallas dentro de él, era simplemente un
mal inconcebible para Kasiánov. «No lo sé y no quiero creer que pudiera ser
verdad», dijo.[26]
Putin formó un equipo político a partir de un círculo de personas en quienes
podía confiar, es decir, sus amigos, que, admitía, eran pocos. «Tengo amigos,
por supuesto. Desafortunadamente o, quizás, afortunadamente, no son
tantos», le dijo al periodista Mijaíl Leóntiev durante una entrevista para el
documental biográfico que la televisión estatal presentó antes de la elección.
«Porque, entonces, uno valora más a los amigos que tiene. Estas son las
personas con las que hemos sido amigos durante muchos años, con algunos de
ellos desde la escuela, con otros desde la universidad. El carácter de nuestra
relación no cambia. No he podido reunirme con ellos con frecuencia
recientemente, pero las reuniones siguen teniendo lugar de forma regular.»
Durante la campaña electoral, perdió a uno de esos pocos. Anatoli
Sobchak había regresado a San Petersburgo en el verano de 1999, tras su
exilio en Francia; fue recibido como el hijo pródigo. Ahora que Putin había
alcanzado la cima del poder, los casos delictivos que habían perseguido a
Sobchak hasta el extranjero se evaporaron repentinamente. Sobchak intentó
recuperar la gloria de 1991 y se presentó como candidato a un escaño en la
Duma en diciembre, pero su estrella política había palidecido y perdió. De