Page 252 - El nuevo zar
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mujeres, que habían llegado a Moscú un mes antes, después de viajar
individualmente o en parejas en trenes y autobuses desde Daguestán para
evitar el escrutinio de la policía, recelosa de los viajeros provenientes del
Cáucaso. Llegaron con las órdenes, dijo él, del «emir militar supremo» de
Chechenia, Shamil Basáiev, aunque profesaban lealtad a regañadientes a su
presidente putativo, Aslán Masjádov. Pasaron semanas en Moscú
preparándose para el asalto que llevaría la guerra sangrienta y brutal a la
capital. Querían un lugar público que les asegurara una toma de rehenes
masiva de rusos corrientes. Consideraron el Parlamento, pero se decidieron
por un teatro.
El que eligieron estaba en la calle Dubrovka, en el suroeste de Moscú, un
salón aún conocido por su nombre soviético, el Palacio de Cultura para la
Fábrica Estatal de Rodamientos n.º 1. Una parte del edificio albergaba un club
gay —«frecuentado por miembros del Parlamento, empresarios destacados y
políticos», se dijo— que estaba siendo restaurado. Los combatientes del
grupo de Baráyev se disfrazaron de obreros de la construcción e hicieron
planes para tomar el teatro por asalto.[38] El teatro estaba representando el
primer musical estilo Broadway de Rusia: Nord-Ost, basado en la popular
novela soviética Dos capitanes, de Veniamín Kaverin. La historia era un
melodrama romántico, que abarcaba la primera mitad del siglo XX, la
exploración del Ártico y el asedio de Leningrado en la Gran Guerra Patriótica.
El creador del musical, Gueorgui Vasíliev, gastó 4 millones de dólares para
producirlo y lo anunciaba en carteles pegados por toda la ciudad. Calculaba
que la nueva clase media de Rusia —los beneficiarios del auge económico
que Putin estaba encabezando— se había vuelto lo bastante próspera para
poder permitirse una entrada al precio de 15 dólares. Durante la noche de su
función número 323, el 23 de octubre de 2002, los chechenos entraron justo
cuando comenzaba el segundo acto. Los actores, vestidos como pilotos en
uniformes de época de la fuerza aérea del Ejército Rojo, estaban bailando
claqué en el escenario cuando un hombre enmascarado y de camuflaje entró
desde la izquierda del escenario. El actor más cercano se sobresaltó,
conmocionado, pero la mayoría del público pensó que era parte de la función:
hasta que el hombre disparó su AK-47 al techo y más hombres camuflados se
unieron a él en el escenario.[39] Los combatientes de Baráyev tomaron la sala
principal y conectaron explosivos a las columnas que sostenían la platea alta
del teatro. Las mujeres, vestidas con hiyabs negros con inscripciones en