Page 257 - El nuevo zar
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Putin, ahora Occidente estaba dando asilo a los enemigos declarados de
Rusia.
Una semana después de que terminara, Shamil Basáiev se adjudicó la
toma y dijo que quería darle a Rusia «una muestra de primera mano sobre los
encantos de la guerra desatada» por el Kremlin. En lugar de buscar explotar la
desavenencia aparente entre Basáiev y Masjádov, Putin ahora se negó siquiera
a considerar la posibilidad de negociaciones de paz. Algunos creyeron que ese
podía haber sido el motivo de la toma desde el comienzo. Una nueva serie de
teorías conspirativas sugirió que el entorno de Putin, o bien había orquestado
la toma, o bien no había hecho nada para evitarla, y la aprovechaba, como las
explosiones de los edificios de hacía tres años, para debilitar a aquellos que
clamaban por una tregua negociada. La opacidad del FSB profundizó la
sospecha. Los funcionarios se negaron a discutir cómo cuarenta y un
combatientes con armas y explosivos lograron entrar en la capital sin ser
detectados. Se negaron a divulgar la fórmula del gas utilizado para anestesiar
a los que estaban dentro del teatro. La Duma, bajo presión de Putin, rehusó
autorizar una investigación y dejó muchos de los misterios por siempre
irresueltos. Cuando los sobrevivientes de la toma buscaron compensación a
través de los tribunales, se encontraron con el acoso de las autoridades y una
derrota tras otra hasta que consiguieron hacer algo de justicia, más de nueve
años después.[48]
Las dudas —incluso las preguntas— exasperaban a Putin. Al mes
siguiente, tras una reunión en Bruselas con la Unión Europea, un reportero de
Le Monde le preguntó si el uso de minas terrestres en Chechenia había matado
a civiles inocentes además de a los terroristas que tenía intención de matar.
Putin se enfureció visiblemente y arguyó que los islamistas radicales querían
ganar Chechenia como parte de una yihad mundial que hacía blanco en Rusia,
Estados Unidos y sus aliados. «Si eres cristiano, estás en peligro», contestó,
con una indignación que aumentaba de forma incontrolable. «Si decides
hacerte musulmán, tampoco te salvarás, porque ellos creen que el islam
tradicional es también hostil a sus objetivos.» Siguió, con un lenguaje tan
crudo que los intérpretes no se molestaron en traducir. «Si estás decidido a
convertirte en un islamista radical total y estás listo para hacerte la
circuncisión, entonces te invito a Moscú. Somos una nación multiconfesional.
Tenemos expertos en esa esfera también. Voy a pedir que la operación se te
realice de forma tal que no vuelva a crecerte nada.»[49]