Page 288 - El nuevo zar
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que había una amenaza de bomba allí; la electricidad se cortó en otro en
Nizhni Nóvgorod dos días después. La campaña estaba tan desprovista de
interés local que la mayor preocupación del Kremlin ahora era que la
concurrencia a votar no cayera por debajo del umbral del 50 % requerido para
que las elecciones fueran legales. Cualquier resultado por debajo de eso
obligaría a celebrar una nueva votación. Eso sería suficiente bochorno, pero
los consejeros más cercanos a Putin también comenzaron a ver las semillas de
una conspiración para echarlo del poder. Por ley, si se requería una nueva
votación, el primer ministro intercedería para actuar como presidente interino
entre tanto. Es decir, Mijaíl Kasiánov. Este había criticado el procesamiento
de Jodorkovski, quien —Putin estaba convencido— intentaba comprar el
control del Estado. Kasiánov había pasado sus vacaciones con Boris Nemtsov,
que había planteado la posibilidad de que Kasiánov se postulara para
presidente, como Putin debía seguramente haber descubierto. Las
probabilidades de que Kasiánov pudiera acceder al poder eran infinitamente
remotas, pero Putin y sus consejeros lo veían viable y no iban a tolerar ningún
riesgo.[17]
En un concierto en el Kremlin el 23 de febrero, Kasiánov percibió la
frialdad de Putin. Notó su presencia durante el intervalo, cuando cuchicheaba
con el jefe del FSB, Nikolái Pátrushev, en un rincón y, por lo demás, lo evitó.
[18] Al día siguiente, Putin convocó a Kasiánov solo a su oficina del Kremlin
y lo despidió. No solo no explicó la razón al público: se negó a decírsela a
Kasiánov, que estaba tan anonadado por la noticia que inicialmente no
entendió que la orden era de efecto inmediato y no para después de su
reelección en marzo, cuando un nuevo ministro habría sido lo esperado.[19]
Fue la reestructuración de Gobierno más significativa de Putin, cuya
continuidad había sido considerada una medida de la estabilidad política; y,
como Yeltsin antes que él, utilizó la sorpresa para maximizar el impacto y
mantener la atención de los medios en él. Ningún otro alto funcionario sabía
de la jugada. Putin dijo solamente que los votantes merecían conocer la
composición del nuevo Gobierno antes de las elecciones, con lo que solo
subrayaba lo predecible que sabía que era el resultado. No obstante, Putin no
anunció de inmediato el reemplazo de Kasiánov y la demora generó amplia
especulación, no sobre las elecciones en tres semanas, sino sobre las de 2008,
en las que se elegiría al sucesor de Putin después de que él completara su
segundo mandato presidencial. La mayoría de los políticos y analistas dieron