Page 294 - El nuevo zar
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que preservaría el país hasta que la sociedad desarrollara un sentido mayor de
               unidad,  comunidad  y  equidad.  Jodorkovski  valoró  positivamente  a  una
               candidata de la oposición, Irina Jakamada, por sugerir en un anuncio a toda
               página en un periódico que Putin había sido responsable de la toma de Nord-

               Ost.

                    «Debemos  abandonar  los  intentos  inútiles  por  poner  en  cuestión  la
               legitimidad  del  presidente.  Nos  guste  Vladímir  Putin  o  no,  es  tiempo  de

               entender que el jefe de Estado no es solo una persona privada. El presidente
               es una institución que garantiza la estabilidad y la integridad de una nación. Y
               no quiera Dios que vivamos para ver el día en que esa institución colapse:

               Rusia no sobrevivirá a otro febrero de 1917. La historia de la nación nos dice
               que un mal gobierno es mejor que ningún gobierno.»






               El 1 de septiembre es, por tradición, el primer día de escuela en toda Rusia;
               una  ocasión  ceremonial  llamada  Día  del  Conocimiento.  Los  padres  y  los
               abuelos acompañan a sus niños a congregarse en sus escuelas, todos vestidos

               con su mejor ropa y con flores u otros presentes para sus nuevos maestros. En
               los últimos días del verano de 2004, la ocasión se celebró nuevamente en todo

               el país, incluida la Escuela n.º 1 en Beslán, una pequeña ciudad en Osetia del
               Norte, una región predominantemente ortodoxa en el centro del Cáucaso. Más
               de mil doscientas personas se habían reunido en el patio de la escuela a las
               nueve en punto de la mañana, cuando apareció un camión militar y hombres

               de uniforme saltaron a tierra escurriéndose, por debajo del toldo que cubría la
               zona  de  carga.  Dispararon  rifles  al  aire  y  gritaron  «Allahu  akbar».  Los

               hombres armados primero arrearon a todos hacia un patio y luego hacia el
               interior del gimnasio de la escuela, al que conectaron bombas que colgaban
               por  encima  de  los  rehenes.[28]  Entre  los  hombres  camuflados  había  dos

               mujeres, las compañeras de piso de Grozni que habían sido vinculadas con los
               ataques anteriores a los aviones de pasajeros y el metro de Moscú: Mariam
               Taburova  y  Rosa  Nagaieva.  Ahora  eran  parte  de  un  ataque  terrorista  tan

               salvaje como el de la toma de Nord-Ost de hacía unos dos años.

                    La estrategia del Kremlin en Chechenia había sufrido un revés tras otro.
               El  9  de  mayo  de  2004,  dos  días  después  de  la  opaca  segunda  asunción  de

               Putin,  una  bomba  secretamente  adosada  a  un  pilar  del  recién  reconstruido
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