Page 314 - El nuevo zar
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en la oficina de Kuchma y le entregó un portátil como obsequio. Durante el
desfile militar, Putin estuvo de pie junto a Kuchma y Yanukóvich en el palco
mientras miles de soldados marchaban con paso de ganso, vestidos con
uniformes y estandartes antiguos del Ejército Rojo. (En un momento,
Yanukóvich intentó pasarle a Putin un chicle y provocó una mirada de
sorpresa y disgusto ante maneras tan toscas.)[13]
Pese a la clara actuación, las apariciones de Putin tuvieron eco en algunos
ucranianos, aquellos que envidiaban el creciente nivel de vida de Rusia o
guardaban la misma nostalgia que muchos rusos por la era soviética. Sin
embargo, Ucrania era más pluralista que Rusia, y su democracia, menos
«dirigida». La televisión estatal servía al poder y asediaba a Yúshchenko
diariamente, incluso insinuando que su enfermedad había sido causada por
sushi o sífilis, pero Kuchma no tenía control absoluto de los medios. El Canal
5, propiedad de un magnate de los chocolates, Petró Poroshenko, se lanzó
descaradamente en respaldo de Yúshchenko. Se convirtió en la voz de la
campaña de la oposición, lo cual llevó al Gobierno a intentar sin éxito
suspender su licencia de transmisión. La intervención sin precedentes de Putin
en las elecciones de otro país también jugaba a favor del principal argumento
de la oposición: que el voto para Yanukóvich simplemente le devolvería el
país al imperio del que había logrado independizarse. Que alguien le pidiera a
Putin seriamente que fuera el líder de Ucrania era demasiado. Los burócratas
políticos del Kremlin nunca entendieron eso, porque Putin tampoco lo
entendía. Los estrategas de Putin también calcularon mal la medida en que
resonaría en Ucrania el crudo antiamericanismo que funcionaba en la política
de Rusia.
Cuando se celebró la primera vuelta de las elecciones el 31 de octubre,
Yúshchenko recogió el 39,87 % de los votos, con lo que derrotó por muy
poco a Yanukóvich, con el 39,32 %, y los veinte candidatos menores restantes
se repartieron el resto. Las encuestas a pie de urna pagadas por la agentura
occidental le daban la delantera a Yúshchenko con un margen incluso mayor
y, a raíz de profusos informes sobre números inflados con papeletas de relleno
y otras irregularidades, algunos en la oposición, incluida Yulia Timoshenko,
quisieron protestar en las calles, para lo que se habían preparado todo el