Page 316 - El nuevo zar
P. 316

banderas naranjas, ocuparon las calles alrededor del espacio público central
               de  Kiev,  Maidán  Nezalézhnosti  o  plaza  de  la  Independencia.  La  multitud
               había  aumentado  a  decenas  de  miles  para  la  mañana  siguiente,  cuando  la
               Comisión  Electoral  anunció  resultados  preliminares  que  mostraban  que

               Yanukóvich ganaba con el 49 % de los votos, contra el 46 % de Yúshchenko,
               aun  cuando  las  encuestas  a  pie  de  urna  pagadas  por  las  ONG  de  Estados

               Unidos  y  Europa  mostraban  que  el  segundo  ganaba  por  11  puntos.
               Observadores  internacionales  de  las  elecciones  inmediatamente  plantearon
               preguntas acerca de cómo se había llevado a cabo la votación y su cómputo,
               pero  Putin,  que  había  pasado  los  tres  días  previos  en  América  Latina  para

               asistir  a  una  cumbre  de  las  naciones  del  Foro  de  Cooperación  Económica
               Asia-Pacífico,  enseguida  llamó  por  teléfono  desde  Brasil  para  felicitar  a

               Yanukóvich.

                    Los  partidarios  de  Yúshchenko  erigieron  una  ciudad  de  tiendas  de
               campaña  en  Maidán  y  juraron  quedarse  allí  hasta  que  fuese  anulado  el

               resultado de la votación. Pese a todo el escándalo por el fraude, el ánimo de la
               multitud  era  festivo.  Músicos  populares  tocaron  entre  los  discursos  de
               Yúshchenko y sus simpatizantes. Los consejeros de Kuchma estaban hechos
               un  lío,  divididos  respecto  de  qué  hacer.  Los  periodistas  comenzaron  a

               sublevarse contra las cadenas de televisión estatal, como una intérprete para
               sordos que pasó por alto el guion oficial del presentador en el principal canal

               estatal  y  comenzó  a  decir  la  verdad  en  lenguaje  de  señas.  «Los  resultados
               anunciados  por  la  Comisión  Electoral  Central  están  amañados  —dijo  en
               lenguaje  de  señas—.  No  os  los  creáis.»  Como  el  Gobierno  de  Kuchma  no
               atinó  inmediatamente  a  desalojar  a  los  manifestantes,  más  personas  se

               volcaron a la plaza, no solo activistas políticos, sino personas de a pie, incluso
               padres que llevaban a sus hijos a presenciar lo que sentían era un momento

               histórico en la joven historia de Ucrania. De pronto, era más que una efusión
               de apoyo a Yúshchenko. Pese a todos los problemas del país, a su paralizante
               legado soviético, los ucranianos, a diferencia de los rusos, estaban dispuestos

               a tomar las calles para exigir legitimidad y rendición de cuentas por parte de
               sus  líderes.  El  23  de  noviembre,  Yúshchenko  realizó  el  juramento  de
               investidura simbólico y se proclamó ganador en una sesión sin quorum del

               Parlamento; solo para que, tras el recuento final al día siguiente, la Comisión
               Electoral  declarara  ganador  oficial  a  Yanukóvich.  Putin  expresó  su
               enhorabuena nuevamente, esta vez en una carta a Yanukóvich, que decía que
   311   312   313   314   315   316   317   318   319   320   321