Page 315 - El nuevo zar
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verano.  Yúshchenko,  sin  embargo,  estaba  satisfecho  con  celebrar  su
               inesperado  buen  rendimiento,  y  prometió  que  prevalecería  en  la  segunda
               vuelta programada para tres semanas después, el 21 de noviembre.

                    Tras el deslucido rendimiento de Yanukóvich, Putin redobló sus esfuerzos.

               Con  ambos  candidatos  cortejando  a  los  otros  contendientes  de  la  primera
               vuelta, Putin presionó al líder comunista de Rusia, Guenadi Ziugánov, para
               que utilizara su influencia con Petró Simonenko, el candidato comunista de

               Ucrania, que había recibido el 5 % de los votos. Ziugánov aceptó, pero tenía
               un precio: el Kremlin debía proporcionar financiamiento al Partido Comunista
               de Rusia y poner fin a la incansable cobertura negativa sobre el partido en la

               televisión  estatal.  El  Kremlin  lo  hizo  durante  un  tiempo,  pero  la  táctica
               fracasó porque Simonenko también estaba furioso por la votación, pues creía
               que les habían quitado más de cincuenta mil votos comunistas en la primera

               vuelta.  Y,  en  cambio,  llamó  a  los  miembros  del  Partido  Comunista  a  votar
               contra ambos candidatos en la segunda vuelta.[14]

                    Putin viajó entonces a Ucrania para una nueva visita de trabajo; se reunió

               con Kuchma y Yanukóvich en Crimea una vez más para inaugurar un servicio
               regular de ferri entre la península y Rusia continental, y juntos viajaron por la
               costa  de  Crimea  hasta  el  Centro  Internacional  de  Niños  Artek,  una  famosa

               atracción  turística  de  la  era  soviética  que  entonces  albergaba  cientos  de
               escolares  que  habían  sobrevivido  al  ataque  terrorista  en  Beslán.  Los
               operadores políticos del Kremlin, incluido Medvédev, seguían seguros de la

               victoria de Yanukóvich, en parte porque Kuchma y Yanukóvich lo estaban.
               De todos modos, Putin presionó a Yanukóvich para que hiciera más con los

               recursos del Gobierno para aumentar el número de votantes, una práctica que
               había funcionado bien en Rusia.[15]

                    Para  prepararse  para  la  segunda  vuelta,  los  funcionarios  electorales
               completaron las listas de votantes con «almas muertas», con lo cual inflaron

               sospechosamente  el  número  de  votantes  en  las  zonas  orientales  que
               respaldaban  a  Yanukóvich.  En  Donetsk,  la  concurrencia  para  la  segunda
               vuelta saltó en casi un 20 % hasta alcanzar un increíble 96,7 %. El día de la

               segunda vuelta, algunos votantes fueron trasladados a Kiev para votar después
               de  haberlo  hecho  en  los  distritos  de  su  domicilio;  cientos  de  ellos  fueron
               descubiertos en ese acto.[16] La campaña de Yúshchenko había previsto el

               fraude,  pero  la  flagrancia  provocó  indignación.  Para  cuando  los  comicios
               cerraron esa noche, sus simpatizantes, que vestían de naranja y hacían ondear
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