Page 331 - El nuevo zar
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el subastador dio un golpe de martillo. Todo el asunto duró diez minutos.[11]
Nadie fuera del Kremlin de Putin sabía quién poseía ahora la joya de la
corona de Yukos, ni siquiera el jefe del fondo de propiedades que acababa de
venderla. La subasta recordaba a las turbias privatizaciones de la década de
1990: pese a todas las promesas de Putin que lo negaban, el Estado estaba
recurriendo a las mismas tácticas para repartir bienes mezquinando recursos,
esta vez recuperándolos de manos privadas. Una de las críticas más afinadas
de la subasta provino de Stanislav Belkovski, quien apenas un año antes había
sido uno de los estrategas políticos que advertían al Kremlin de un «golpe
oligárquico». Ahora dijo que la subasta de Yuganskneftegaz era «solo un
acuerdo para la redistribución de propiedad por parte de un grupo criminal
con la misión de obtener el control de los flujos financieros básicos del país,
igual que en los años noventa». Llamó a Putin «el jefe de este grupo
criminal».[12]
Incluso más sorprendente fue un reproche desde dentro de la
Administración de Putin. Andréi Ilariónov, el consejero económico del
Kremlin, describió la venta como un punto de inflexión perturbador para
Rusia, aunque tuvo cuidado de no criticar al presidente de forma personal.
«Durante los últimos trece años, Rusia estuvo procurando volver al primer
mundo, al que pertenecía hasta la Revolución rusa. Ahora vemos que ha
preferido el tercer mundo —dijo en una conferencia de prensa—. Hemos
dejado atrás la encrucijada: estamos en un país diferente.»[13] Fue destituido
enseguida de su trabajo, en el que preparaba la reunión del G8 que se llevaría
a cabo en Escocia en junio.
Durante un par de días, la suerte de Yuganskneftegaz se convirtió en un
juego de salón en Moscú. Muchos analistas daban por sentado, erróneamente,
que Baikalfinancegroup era una fachada para proteger al comprador final,
Gazprom. Putin —en Alemania para hacerle una visita de Estado a Gerhard
Schröder— habló con evasivas dos días después de la subasta, sin revelar
nada, aunque reconoció que sabía que la compañía había sido creada con
apremio para ayudar a desviar la responsabilidad potencial proveniente de
demandas legales en torno a Yukos.[14]
«Como es de común conocimiento, los accionistas de esta compañía son
todos individuos privados, pero son individuos que han participado en
negocios del sector de energía durante muchos años —dijo cuando le