Page 424 - El nuevo zar
P. 424

En tanto el Gobierno de Putin repartía contratos sin licitaciones públicas
               ni  escrutinio  público,  la  gran  mayoría  fue  a  manos  de  aquellos  a  los  que,
               como  Rotenberg,  Putin  había  elevado.  Ferrocarriles  Rusos,  presidida  por
               Vladímir Yakunin, supervisó el proyecto individual más grande y finalmente

               el  más  caro:  el  ramal  ferroviario  que  conectaba  la  costa  con  las  montañas
               donde se realizarían las actividades de esquí. El proyecto, llamado «carretera

               combinada», era al mismo tiempo una maravilla de la ingeniería que superaba
               enormes desafíos geológicos y, para los críticos, un despilfarro que creaba una
               calamidad ambiental en un valle en otros tiempos casi virgen. Las vías férreas
               corren  sobre  la  orilla  izquierda  del  río  Mzimta,  cuyo  nombre  significa

               «salvaje» en el extinguido idioma ubijé, hablado en las montañas antes de que
               el Imperio ruso conquistara la región en el siglo XIX. La autopista corría en

               paralelo  a  las  vías  y  a  una  antigua  carretera  de  dos  carriles  sobre  la  orilla
               derecha. El desfiladero del río es tan angosto en algunos lugares que casi 40
               de los 50 kilómetros de vías férreas debieron correr a través de túneles (doce

               en  total,  incluido  uno  de  casi  4  kilómetros  de  largo)  o  sobre  puentes,  con
               cientos  de  pilares  hundidos  en  el  río  o  sus  orillas,  que  alteraron
               irreparablemente el  estado  salvaje  del  lugar.  Los  ecologistas  montaron  una

               campaña  para  oponerse  al  proyecto,  pero  Putin  también  había  anulado  las
               leyes  que  normalmente  hubieran  impedido  la  obra;  los  ecologistas  que
               protestaron  fueron  asediados  y,  en  última  instancia,  encarcelados.

               Ferrocarriles Rusos subcontrató para gran parte de la obra a compañías que
               también estaban vinculadas con amigos de Putin, incluida la constructora de

               puentes,  SK  Most.  Una  participación  mayoritaria  de  la  compañía  fue
               comprada subsiguientemente por Guenadi Timchenko.

                    Desde  el  comienzo,  la  construcción  para  los  Juegos  Olímpicos  fue
               importunada por demoras y, pronto, por una escalada en los costes, lo cual

               obligó  a  Putin  a  intervenir  enérgicamente  por  momentos  para  mantener  el
               avance del proyecto. Tres veces Putin despidió a los directores de Olimpstroi,
               presumiblemente  porque  estaba  frustrado  por  el  progreso  lento  y  los

               sobreprecios. La prioridad que Putin daba a los Juegos era la causa de esos
               enormes  sobreprecios:  se  había  vuelto  una  prioridad  tan  urgente  que  no

               escatimaba en gastos y mucho se malversó desde la cúpula. Debido a que la
               asignación  de  contratos  era  tan  poco  clara,  la  rendición  de  cuentas  era
               mínima.  En  2009,  una  iniciativa  de  los  comunistas  de  la  Duma  para
               supervisar la escalada en los costes fue bloqueada por Rusia Unida.
   419   420   421   422   423   424   425   426   427   428   429