Page 474 - El nuevo zar
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patriarca a una manifestación especial en Cristo Salvador. La multitud sumaba
sesenta y cinco mil personas, de acuerdo con las estimaciones oficiales.
Aunque esos números fueran exagerados, la manifestación fue más grande
que todas las que los disidentes siguieron ensayando tras la victoria de la
elección de Putin. Cirilo emergió de la iglesia ese día en una procesión de
obispos y sacerdotes que llevaban íconos que habían sido profanados en
tiempos soviéticos, incluido uno con orificios de bala que databa de la década
de 1920. El actual «ataque de los perseguidores» a la fe no podía compararse
con la represión soviética, dijo, pero el liberalismo de Occidente era una
amenaza porque consideraba «incluso la blasfemia y el sacrilegio, la burla a
los santuarios», «una manifestación legítima de la libertad humana, algo que
debe defenderse en la sociedad moderna». No mencionó a Pussy Riot, pero se
habían convertido en el símbolo de un contagio que atravesaba las fronteras
de Rusia. En cuanto a los sacerdotes que llamaron al perdón de las tres
mujeres en prisión, y eran varios, Cirilo, evocando la piedad de Jesús, los
llamó «traidores con sotana».[10]
En la víspera de la investidura de Putin el 7 de mayo, los líderes de la protesta
organizaron un mitin más, que tenía la autorización para realizarse en la plaza
Bolotnaia, del otro lado del río desde el Kremlin, donde Medvédev
renunciaría a las riendas del poder, que nunca habían sido completamente
suyas. El clima era cálido con el principio de la primavera, lo cual
seguramente intensificó la multitud, al igual que el procesamiento de Pussy
Riot. Tantas personas se apiñaron en la plaza que las falanges de los oficiales
de policía bloquearon abruptamente la entrada y crearon un amontonamiento
de manifestantes apretados en las calles. Los que estaban fuera del perímetro
bloqueado organizaron una sentada, alguien incluso montó una tienda, un
signo ominoso para la policía, que tenía órdenes de no permitir el tipo de
campamento visto en la Revolución Naranja. Durante un tiempo, la protesta
se mantuvo en paz, pero cuando la policía comenzó a cazar manifestantes
para arrestarlos, se convirtió en una aglomeración. Las multitudes salieron en
defensa de los arrestados y la policía respondió blandiendo cachiporras;
algunos en la multitud respondieron arrojando pedazos de asfalto. Boris
Nemtsov gritaba «Rusia será libre» desde encima de un montículo cuando los
oficiales lo condujeron afuera. Cuando Navalni fue arrestado cerca del