Page 496 - El nuevo zar
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confiaba. «¿Es posible que no entiendan (pequeños, consentidos y codiciosos
como son) que, una vez que mienten, no pueden nunca recomponer la
confianza? Se mienten unos a otros, le mienten a él, pero, sin embargo, él se
apoya en ellos.» Dijo que en el poder «se produce un cierto bronzoveniye»,
utilizando la palabra para «baño en bronce», que sugiere un sentido inflado de
prepotencia, que se endurece como un monumento en algo menos que
humano. Recordó la última reunión de Sobchak con Putin, cuando partió
hacia Kaliningrado para hacer campaña por su elección en 2000. «Volodia —
le había advertido Sobchak a Putin—, no te vuelvas de bronce.» Y, sin
embargo, de bronce parecía haberse vuelto.
Como primer ministro, Putin había continuado viviendo en su residencia
oficial en Novo-Ogariovo, pero, para cuando retornó a la presidencia, vivía
solo. Su hija mayor, María, se había casado con un holandés, Jorrit Faassen,
que se unió a las filas ejecutivas de Gazprom. Su conexión con la familia
Putin se filtró al público solo después de que se involucrara en un incidente de
violencia vial en noviembre de 2010, mientras conducía su BMW en la
autopista atascada que atravesaba Rubliovka, el suburbio tachonado de
multimillonarios de la élite de Moscú. Después de casi chocar con un
Mercedes que llevaba a un joven banquero, Matvéi Urin, varios
guardaespaldas salieron de una camioneta Volkswagen y golpearon a Faassen
ferozmente. El ataque fue investigado no por la policía de tráfico, sino por el
Servicio de Seguridad Presidencial, y al cabo de unas semanas no solo fueron
arrestados los guardaespaldas, sino también Urin. Fue condenado por
violencia y sentenciado a cuatro años y medio en prisión, en combinación con
condenas subsiguientes por enriquecimiento y fraude que desmantelaron su
imperio bancario. Jorrit y María se habían casado en secreto —nunca quedó
muy claro cuándo o dónde, aunque había rumores de una ceremonia en una
isla griega— y, en 2012, no mucho antes del cumpleaños número sesenta de
Putin, tuvieron un hijo. Putin se había convertido en abuelo, un hecho del que
nunca se informó a la prensa rusa.[10]
Menos aún se sabía de la hija menor de Putin, Katia, que, según decían, se
había especializado en estudios asiáticos en la universidad. Hacía tiempo que
corría el rumor de que salía con el hijo de un almirante surcoreano, incluso
que se había casado con él, aunque eso resultó no ser cierto. Empezó baile de
competición y se convirtió en vicepresidenta de la Confederación Mundial de
Rocanrol con el nombre Katerina Vladímirovna Tíjonova (el apellido,