Page 507 - El nuevo zar
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a Dmitri Medvédev y su equipo de asesores. Había sido designado para el
               Comité  Olímpico  durante  la  presidencia  de  Medvédev,  así  como  para  un
               proyecto que Medvédev esperaba pudiera reurbanizar el Cáucaso Norte con la
               construcción de una serie de centros de esquí, incluso en Chechenia, como un

               modo de domar los últimos remanentes de insurgencia en la región, a través
               de la creación de oportunidades económicas. La pista de salto de esquí había

               presentado  dificultades  por  su  deficiente  ubicación,  diseño  descuidado  y
               técnicas  de  construcción  que,  según  los  ecologistas,  probablemente  habrían
               causado una avalancha en 2012 que casi enterró el lugar. Debieron construirse
               barreras de contención nuevas, así como una ruta hasta el sitio que no había

               sido  incluida  en  el  contrato  original.  El  presupuesto  para  el  proyecto,  que
               había comenzado en 40 millones de dólares, se había inflado hasta llegar a

               más de 260 millones de dólares y, sin embargo, a un año de los Juegos, seguía
               sido  un  sitio  en  construcción  enfangado  y  sin  terminar,  tachonado  de
               materiales y escombros.


                    Los hombres en el séquito de Putin parecían incómodos. Chernishenko no
               parecía saber cómo responder a las preguntas de Putin acerca de las demoras.
               Putin examinaba a los hombres, hasta que Dmitri Kozak finalmente dio un
               paso al frente para explicar, bajo el interrogatorio exhaustivo de Putin, que el

               proyecto  estaba  dos  años  retrasado.  Ahora  Putin  quería  saber  quién  era  el
               responsable.

                    —El compañero Bilalov —replicó Kozak, mientras el séquito se movía

               con nerviosismo alrededor.

                    —¿Y en qué está metido Bilalov estos días?

                    Kozak tartamudeó al decir que no lo sabía. Putin se dio la vuelta y miró

               con furia  a  los  otros.  Alguien  dijo  que  ahora  dirigía  la  Northern  Caucasus
               Resorts  Company  y  que  integraba  también  el  Comité  Olímpico  ruso,  cuyo
               líder, Aleksandr Yúkov, se encontraba ahí entre ellos.


                    —De modo que es tu vicepresidente, ¿verdad? —preguntó. Yúkov solo
               pudo asentir mientras Putin seguía presionando de forma implacable—. ¿Y el
               vicepresidente del Comité Olímpico del país está involucrado en este tipo de
               construcción?


                    —Tiene  una  empresa  constructora  de  algún  tipo  —intercedió  alguien
               desde atrás. Putin se volvió otra vez hacia Kozak y lo engatusó como haría un
               fiscal con un testigo reticente.
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