Page 519 - El nuevo zar
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El 21 de noviembre, una semana antes de la cumbre en Lituania, el
Gobierno de Yanukóvich dejó estupefactos a sus homólogos europeos y
muchos en Ucrania al anunciar que su país daría marcha atrás con el acuerdo,
un giro que echaba a perder meses de negociaciones intensivas. El anuncio de
Yanukóvich provocó indignación entre los ucranianos que visualizaban lazos
más estrechos con Europa como una evolución inevitable desde el pasado
soviético del país. Esa noche, mil manifestantes se congregaron en la plaza
principal de Kiev, Maidán Nezaléznosti. Yulia Timoshenko emitió una
declaración desde la cárcel en que instaba a las personas a reaccionar «como
lo harían ante un golpe de Estado» y a tomar las calles. Al día siguiente, unos
cuantos miles más lo hicieron.[22] Para el fin de semana, las multitudes
habían aumentado y se montaron tiendas, como había sucedido tras las
elecciones fraudulentas de 2004, solo que esta vez las banderas que ondeaban
en las calles no eran naranjas, sino azules con un círculo de estrellas
amarillas, la bandera de la Unión Europea. Llamaron a su protesta
«Euromaidán» la cual reflejaba el choque de los ideales de los cuarenta y seis
millones de personas del país. Los manifestantes pronto volcaron su furia
sobre la estatua de Lenin que aún permanecía en pie al final de la avenida
principal de Kiev. Lenin no era un simple anacronismo; era una manifestación
del dominio persistente de Moscú.
Yanukóvich hizo poco por desactivar las protestas al principio, conforme
con esperar a que concluyeran con el inicio del invierno. A principios de
diciembre, cuando las protestas se intensificaron, voló hasta China, donde
ofreció acuerdos comerciales que esperaba apaciguaran el enfado por haber
rechazado una asociación económica con los europeos. Se detuvo en Sochi
para reunirse con Putin en el camino de regreso, y allí formalizó un acuerdo
secreto que no se anunciaría hasta el 17 de diciembre, cuando otra vez
aparecieron juntos en el Kremlin. Putin anunció que Rusia inyectaría en
Ucrania efectivo por un valor de 15.000 millones de dólares empleando el
Fondo de Riqueza Nacional de Rusia para comprar bonos ucranianos.
Gazprom recortaría el precio del gas natural, de 400 a 268 dólares el metro
cúbico. Putin enfatizó, falsamente, que no había insistido en que Ucrania se
uniera a la Unión de Eurasia como condición, aunque muchos sospecharon
que él y Yanukóvich habían acordado que esto sucedería en una fecha
posterior, una vez que la indignación popular hubiera amainado. Putin luego
apuntó su plan especial de celebrar el septuagésimo aniversario de la