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Más allá del aula III: Reflexiones y experiencias docentes
San Agustín no fue solo una experiencia totémica en el caso de
Moreno ni intimista-sensual en el caso de Forero, en el de la
estudiante Mónica Espitia, su creatividad literaria se enfocó en la
defensa de los animales, allí supo que en este mítico-místico-
milenario lugar “los animales eran parte fundamental de esta
grandiosa cultura, tanto que fueron inmortalizadas en sus obras
milenarias” (Espitia, 2012, p. 40); un cuento que surge en una
experiencia onírica, como el caso del cuento de Guina Moreno,
pero que en este caso tendrá como objetivo enseñar el cuidado de
la naturaleza, el valorar nuestro hábitat, y un anhelo al comparar al
depredador humano con las demás especies de la naturaleza: “¡Qué
maravilloso! Ojalá los seres humanos también pensáramos igual,
también nos uniéramos sin importar nuestras diferencias para
luchar por un mismo objetivo…” (Espitia, 2013, p. 42).
El anterior mensaje se puede entender en el contexto del cuento,
que hace referencia a la unión de algunos animales que, aun siendo
enemigos naturales, se unen para salvar la vida de otros seres, sin
importar la ley de la naturaleza. La ayuda entre enemigos naturales,
la necesidad de lograr objetivos en común a pesar de las
diferencias, la cooperación, hacen del cuento de Espitia un ejemplo
para seguir como orientación en pos de la fraternidad y respeto por
la naturaleza.
Fridiano es un personaje del cuento de Espitia que es ejemplo
del ecocida que se concientiza y se reforma en pro del cuidado de
los animales. En el cuento se da un mensaje directo: Los animales
no domésticos deben estar en su hábitat natural y no deben ser
extraídos de él. Cada especie animal tiene derecho a estar donde le
corresponde, y el egoísmo economicista de los hombres no justifica
la tortura a que son sometidos los animales con fines de lucro. En
la historia, Fridiano lo aprendió cuando una fiera lo curó de una
herida:
La fiera, se abalanzó sobre el hombre herido y comenzó
suavemente a lamer la herida que le había producido, ¡Que
sorpresa para Fridiano! Él nunca pensó que esta criatura
hiciera eso, de hecho, nunca un ser humano le había tratado
bien o lo había considerado y tampoco él a nadie. […] Unas
pequeñas lágrimas enseñaron al rufián el verdadero
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