Page 155 - MARX DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS (2018)
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Marx: doscientos años después (1818-2018)
abstracción que se afirma como la Substancia. Pero como
está lo que se aparece como negación del espíritu, este se
afirma negando lo que se le aparece. De ahí el carácter
idealista del hegelianismo en términos fenomenológicos. La
ontología persiste en Hegel, ya en la concepción del sujeto
como un ser libre o desde los presupuestos de la metodología
fenomenológica (Lefebvre, 2013).
Para Marx, en cambio, la superación de la ontología es más
radical, puesto que no parte de un planteamiento
conciencialista, propio de la fenomenología abstracta, sino de
los contendidos de la conciencia, sin suponerla como
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fundamento es decir, el análisis de los contenidos de la
conciencia, aun cuando no pueden hacerse sin la conciencia,
se efectúa en los límites de la conciencia. Lo que no aparece
para sí, conforma lo otro negado de la realidad concreta, sin
ser ésta una realidad en sí incognoscible, sino sustrato todavía
no integrado en el proceso de producción del trabajo social.
El des-cubrimiento de lo otro negado implica la superación
de la conciencia como ha sido conformada por los modos
sociales de producción y su consecuente construcción-
creación-, dentro del mundo del trabajo humano como objeto
real y como objeto del pensamiento. Así, el fundamento no
será una conciencia suprahistórica, como en Hegel, sino la
construcción social de la realidad, que debe ser transformada
mediante una praxis revolucionaria.
9 La semántica de la palabra fundamento en este contexto se articula con
la de crítica, si se asume la primera palabra en el sentido de origen,
condición de posibilidad o determinación, y a la crítica en el sentido
kantiano; como condición y límites de la razón. Así, el fundamento o la
crítica de la razón no es la propia razón, no la conciencia, sino la
acumulación de trabajo social que ha hecho posible la creación de
concepciones de mundo.
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