Page 254 - El Señor de los Anillos
P. 254

dijo Bilbo guiñándole un ojo a Elrond. Frodo alcanzó a ver un centelleo en el ojo
      de Bilbo y no advirtió ninguna señal de somnolencia—. ¡Despierta! No estaba
      dormido, señor Elrond. Si queréis saberlo, habéis venido todos demasiado pronto
      de  la  fiesta  y  me  habéis  perturbado…  mientras  componía  una  canción.  Me
      enredé en una línea o dos y estaba recomponiendo los versos, pero supongo que
      ahora ya no tienen remedio. Habéis cantado tanto que las ideas se me fueron de
      la  cabeza.  Tendré  que  recurrir  a  mi  amigo  el  Dúnadan  para  que  me  ayude.
      ¿Dónde está?
        Elrond rió.
        —Lo encontraremos —dijo—. Luego los dos os iréis a un rincón a acabar
      vuestra  tarea  y  nosotros  la  oiremos  y  la  juzgaremos  antes  que  terminen  los
      festejos.  Se  enviaron  mensajeros  en  busca  del  amigo  de  Bilbo,  aunque  nadie
      sabía dónde estaba, ni por qué no había asistido al banquete.
        Mientras tanto Frodo y Bilbo se sentaron y Sam se acercó rápidamente y se
      quedó junto a ellos. Frodo y Bilbo hablaron en voz baja, sin prestar atención a la
      alegría y a la música que estallaban en la sala de un extremo a otro. Bilbo no
      tenía mucho que decir de sí mismo. Luego de dejar Hobbiton había ido como sin
      rumbo, siguiendo a veces el camino, o cruzando los campos a un lado o a otro,
      pero de algún modo había caminado todo el tiempo hacia Rivendel.
        —Llegué  aquí  sin  muchas  aventuras  —dijo—,  y  luego  de  un  descanso  fui
      hasta  el  valle  acompañando  a  los  enanos:  mi  último  viaje.  Ya  no  iré  por  los
      caminos. El viejo Balin había partido. Entonces volví aquí y aquí me he quedado
      hasta  ahora.  He  estado  ocupado.  He  seguido  escribiendo  mi  libro.  Y  compuse
      algunas canciones, por supuesto. Las cantan aquí de vez en cuando: aunque sólo
      para  complacerme,  creo  yo;  pues  no  son  bastante  buenas  para  Rivendel,
      naturalmente. Y escucho y pienso. Aquí parece que el tiempo no pasara: existe,
      nada más. Un sitio notable desde cualquier punto de vista.
        » Me han llegado toda clase de noticias de más allá de las montañas y del Sur,
      pero ninguna de la Comarca. He tenido noticias del Anillo, por supuesto. Gandalf
      ha estado aquí a menudo. Aunque no me contó gran cosa; en estos últimos años
      se ha vuelto cada vez más reservado. El Dúnadan me dijo más. ¡Imagínate mi
      Anillo  causando  tantos  problemas!  Es  una  lástima  que  Gandalf  no  lo  hubiese
      averiguado  antes.  Yo  mismo  podía  haberlo  traído  aquí  hace  mucho  sin  tantas
      dificultades.  Pensé  alguna  vez  en  volver  a  buscarlo  a  Hobbiton,  pero  estoy
      poniéndome  viejo  y  ellos  no  me  dejarían:  Gandalf  y  Elrond  quiero  decir.
      Parecen pensar que el enemigo revuelve cielo y tierra buscándome y que me
      haría picadillo si me sorprendiera al descubierto.
        » Y Gandalf dijo: "Bilbo, el Anillo ha pasado a otro. No sería bueno para ti ni
      para nadie si te entremetieras otra vez." Curiosa observación, digna de Gandalf.
      Pero  me  dijo  que  cuidaba  de  ti,  de  modo  que  no  me  preocupé.  Me  hace
      terriblemente feliz verte sano y salvo.
   249   250   251   252   253   254   255   256   257   258   259