Page 513 - El Señor de los Anillos
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Algunos han despertado del todo y unos pocos, bien, ah, bien, están volviéndose
entéscos. Esto nunca cesa.
» Cuando le ocurre esto a un árbol, descubres que algunos tienen mal corazón.
No me refiero a la calidad de la madera. Yo mismo he conocido algunos viejos
buenos sauces Entaguas abajo y que desaparecieron hace tiempo, ay. Eran
bastante huecos, en realidad estaban cayéndose a pedazos, pero tan tranquilos y
de tan dulce lenguaje como una hoja joven. Y luego hay algunos árboles de los
valles al pie de las montañas que tienen una salud de hierro y que son malos de
punta a punta. Esta clase de cosas parecen extenderse cada día. Antes había
zonas peligrosas en este país. Hay todavía sitios muy negros.
—¿Como el Bosque Viejo allá en el norte, quieres decir?
—Ay, ay, algo parecido, pero mucho peor. No dudo de que una sombra de la
Gran Oscuridad todavía reposa allá en el norte, y los malos recuerdos han
llegado hasta nosotros. Pero hay cañadas bajas en esta tierra de donde nunca
sacaron la Oscuridad y los árboles son allí más viejos que yo. No obstante,
hacemos lo que podemos. Rechazamos a los extranjeros y a los imprudentes y
entrenamos y enseñamos, caminamos y quitamos las malezas.
» Somos pastores de árboles, nosotros los viejos ents. Pocos quedamos ahora.
Las ovejas terminan por parecerse a los pastores y los pastores a las ovejas, se
dice; pero lentamente, y ni unos ni otros se demoran demasiado en el mundo. El
proceso es más íntimo y rápido entre árboles y ents, y ellos vienen caminando
juntos desde hace milenios. Pues los ents son más como los elfos: menos
interesados en sí mismos que los hombres y más dispuestos a entrar en otras
cosas. Y sin embargo los ents son también más como los hombres, más
cambiantes que los elfos y toman más rápidamente los colores del mundo, podría
decirse. O mejor que los dos: pues son más y más capaces de dedicarse a algo
durante mucho tiempo.
« Algunos de los nuestros son ahora exactamente como árboles y se necesita
mucho para despertarlos y hablan sólo en susurros. Pero otros son de miembros
flexibles y muchos pueden hablarme. Fueron los elfos quienes empezaron, por
supuesto, despertando árboles y enseñándoles a hablar y aprendiendo el lenguaje
de los árboles. Siempre quisieron hablarle a todo, los viejos elfos. Pero luego
sobrevino la Gran Oscuridad y se alejaron cruzando el Mar, o se escondieron en
valles lejanos e inventaron canciones acerca de unos días que ya nunca volverán.
Nunca jamás. Ay, ay, erase una vez un solo bosque, desde aquí hasta las
Montañas de Lune, y esto no era sino el Extremo Oriental.
« ¡Aquellos fueron grandes días! Hubo un tiempo en que yo pude caminar y
cantar el día entero y sólo oír el eco de mi propia voz en las cuevas de las colinas.
Los bosques eran como los bosques de Lothlórien, pero más densos, más fuertes,
más jóvenes. ¡Y el olor del aire! A veces me pasaba toda una semana ocupado
sólo en respirar.