Page 93 - El Señor de los Anillos
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embargo, el sonido, combinado con la melodía, parecía tomar forma en la mente
      de los hobbits con palabras que entendían sólo a medias. Esta era la canción, tal
      como la oyó Frodo:
       ¡Blancanieves! ¡Blancanieves! ¡Oh, dama clara!
       ¡Reina de más allá de los mares del Oeste!
       ¡Oh Luz para nosotros, peregrinos
       en un mundo de árboles entrelazados!
       ¡Gilthoniel! ¡Oh Elbereth!
       Es clara tu mirada y brillante tu aliento.
       ¡Blancanieves! ¡Blancanieves! Te cantamos
       en una tierra lejana más allá del mar.
       Oh estrellas que en un año sin sol
       ella sembró con luminosa mano,
       en campos borrascosos, ahora brillante y claro
       vemos tu capullo de plata esparcido en el viento.
       ¡Oh Elbereth! ¡Gilthoniel!
       Recordamos aún, nosotros que habitamos
       en esta tierra lejana bajo los árboles,
       tu luz estelar sobre los mares del Oeste.
        La canción terminó.
        —¡Son Altos Elfos! ¡Han nombrado a Elbereth! —dijo Frodo sorprendido—.
      No  sabía  que  estas  gentes  magníficas  visitaran  la  Comarca.  No  hay  muchos
      ahora en la Tierra Media, al este de las Grandes Aguas. Esta es de veras una
      muy rara ocasión.
        Los  hobbits  se  sentaron  junto  al  camino,  entre  las  sombras.  Los  elfos  no
      tardaron en bajar por el camino hacia el valle. Pasaron lentamente y los hobbits
      alcanzaron a ver la luz de las estrellas que centelleaba en los cabellos y los ojos
      de los elfos. No llevaban luces, pero un resplandor semejante a la luz de la luna
      poco  antes  de  asomar  sobre  la  cresta  de  las  lomas  les  envolvía  los  pies.
      Marchaban  ahora  en  silencio  y  el  último  se  volvió  en  el  camino,  miró  a  los
      hobbits y se rió.
        —¡Salud,  Frodo!  —exclamó—.  Es  muy  tarde  para  estar  fuera.  ¿O  andas
      perdido?
        Llamó en voz alta a los otros, que se detuvieron y se reunieron en círculo.
        —Es  realmente  maravilloso  —dijeron—.  Tres  hobbits  en  un  bosque,  de
      noche. No hemos visto nada semejante desde que Bilbo se fue. ¿Qué significa?
        —Esto  sólo  significa,  Hermosa  Gente  —dijo.  Frodo—,  que  seguimos  el
      mismo camino que vosotros, parece. Me gusta caminar a la luz de las estrellas y
      quisiera acompañaros.
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