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Ministerio de Educación Nacional
A manera de conclusión, el diseño de una propuesta curricular en la perspectiva de Lenoir requiere de una competencia
interdisciplinaria que permita a la comunidad educativa abordar preguntas con una mirada plural para producir un cuerpo te órico
apropiado con el fin de tratar los interrogantes bajo diferentes ángulos disciplinarios interrelacionados en el marco de un proyecto
determinado. La competencia interdisciplinaria, es por lo tanto una competencia transversal.
Como construcción arquitectónica de la formación integral.
Desde esta óptica el currículo se construye sobre la base de la organización de los elementos del currículo y la arquitectura de la
formación integral mediante el desarrollo y articulación de conceptos claves como los de competencia, capacidad e indicadores etc. Se
busca construir un currículo centrado en la formación integral del estudiante, que vaya más allá de los interrogantes específicos de las
didácticas disciplinares para penetrar en la coherencia entre las finalidades educativas, el proyecto de vida de los estudiantes, las
situaciones de formación y los procedimientos de evaluación.
Se trata de re-situar las categorías de problemas y de tomar en consideración la globalidad de todo lo que está en juego en un proceso
de educación. Todo esto probablemente porque el acto educativo hoy se lleva a cabo en un ambiente discordante, indeciso y
contradictorio que no siempre tiene sentido para los alumnos. Sin este redescubrir de sentido y su compromiso personal dentro de
cualquier proceso de formación, toda nueva disposición administrativa estará condenada a la indiferencia, al desconocimiento y al
fracaso.
"Es permitiéndole a los estudiantes que sitúen en perspectiva su inversión personal dentro de un proyecto de formación integral
articulado con el contexto socioeconómico y cultural que van a construir y a encontrar soluciones duraderas y respuestas objetivas
acordes con sus expectativas de vida". Centro Pedag ógico de Experimentación, CEPEC: 1994.
En este contexto el aprendizaje se presenta como una tarea que plantea un desaf ío cognitivo al estudiante; las capacidades y los
conocimientos necesarios para la resolución de la situación-problema constituyen la competencia. Por lo tanto, hay en función de las
situaciones problema por resolver, competencias no solamente profesionales o did ácticas, sino lúdicas, cívicas, etc. Una competencia
se entiende como un sistema de conocimientos conceptuales y procedimentales organizados en esquemas operatorios, que posibilitan
aprendizajes complejos. Las competencias permiten dominar cierto tipo de situaciones, se pueden aprovechar dentro o fuera de la
escuela. A partir de ellas se establecen "los blancos" o focos, con los cuales concebimos y construimos un proyecto de formación
integral. Pero, ¿qué se entiende por una situación? Podemos decir que hay una situación cuando en función de un reto que se plantea,
un sujeto activo puede, dentro de una red de eventos, tomar los datos y organizarías en una representación coherente que le permitirá
llevar a cabo dicha tarea. Una situación se hace compleja a los ojos del individuo cuando éste no domina los procedimientos
(Hoc:1987).
Cuando hablamos del desarrollo de una competencia comunicativa en lenguas extranjeras, pensamos en los componentes de la
competencia del lenguaje (competencias gramatical, textual, ilocutiva, socioling üística y estratégica) que primero se desarrollan en
lengua materna. Sobre esta misma base puesto que es una competencia y la misma, lo que tratamos es de promover ésta para que
los estudiantes se comuniquen en otros códigos lingüísticos, dentro de sus propias limitaciones, tal como ya lo manejan en su lengua
materna. Estas competencias asociadas a los procesos de significación tienen sentido si se muestran o evidencian en desempeños o
actuaciones.
Competencia y Actuaciones
La diferencia entre competencia y actuación (desempeño) es tan válida en formación como en lingüística. La competencia es un
modelo interiorizado, adquirido, observable a trav és de comportamientos, circunscritos en una actuación requerida por una situación.
La competencia está pensada para una familia de situaciones; la actuación expresa la competencia en una situación singular
perteneciente a esta familia. Evaluamos una competencia en una situación donde el sujeto realiza una tarea manifestando en su
actividad los comportamientos adaptados, es decir las señales o indicios previstos en los indicadores. Como puede deducirse la
actuación o desempeño operacionaliza la competencia.
Como se dijo anteriormente, las competencias se evidencian en desempeños y es aquí precisamente donde los indicadores de logros
tienen lugar y le permiten al docente inferir información sobre el estado de desarrollo de los procesos y la madurez de las
competencias, contrastar estos desempeños frente a los logros esperados y establecer as í en qué niveles de logro se encuentran.
En este mismo proceso los indicadores a la vez que señalan rutas en la regulación del currículo en general, se convierten en pautas de
evaluación. ¿Y las capacidades? Pues bien, sobre un plan pedagógico, podemos decir que son aptitudes, talentos o cualidades que
poseen los estudiantes para realizar determinadas actividades. Con base en ellas los docentes desarrollan una práctica sistemáticas
durante los a ños de formación. Se pueden definir en los diferentes campos de la formación (cognitivo, sicomotriz, socioafectivo).
La figura 8 muestra el conjunto de elementos del currículo y la articulación de los conceptos claves para su organización.

