Page 294 - Dune
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Sabía todo esto antes de tener diez años.
               Los halcones del desierto, carroñeros como la mayor parte de los seres de aquel
           lugar, empezaron a girar por encima de él. Kynes vio una sombra rozar su mano y

           forzó  su  cabeza  hacia  atrás  para  mirar  hacia  arriba.  Los  pájaros  eran  manchas
           confusas en un cielo azul plateado, retazos fluctuantes de oscuridad.
               —Somos generalistas —dijo su padre—. No es posible trazar netas separaciones

           entre los problemas planetarios. La planetología es una ciencia de corta-y-mide.
               ¿Qué está intentando decirme?, pensó Kynes. ¿Hay alguna consecuencia que no
           he sabido ver?

               Su mejilla se posó en la caliente arena, y en el olor de los gases de la preespecia
           notó mezclado el olor de roca quemada. En algún rincón de su mente controlado aún
           por la lógica se formó un pensamiento: Hay pájaros carroñeros encima mío. Quizá

           algunos de mis Fremen los vean y vengan a investigar.
               —Para el trabajo planetológico, el ser humano es el instrumento más importante

           —dijo su padre—. Hay que difundir la cultura ecológica entre la gente. Es por esta
           razón que he puesto a punto un nuevo método de notación ecológica.
               Está repitiendo cosas que me dijo cuando yo era niño, pensó Kynes.
               Empezó a sentir frío, pero aquel rincón lógico de su mente le dijo: El sol está en

           su cenit. No tienes destiltraje y hace calor; el sol está evaporando toda la humedad
           de tu cuerpo.

               Sus dedos se engarfiaron débilmente a la arena.
               ¡Ni siquiera me han dejado un destiltraje!
               —La presencia de humedad en el aire evita la evaporación demasiado rápida de la
           existente en los cuerpos vivos —dijo su padre.

               ¿Por qué continúa repitiendo lo obvio?, pensó Kynes.
               Se  esforzó  en  imaginar  un  aire  saturado  de  humedad…  hierba  cubriendo  las

           dunas… una extensión de agua al aire libre tras él, un canal lleno de agua atravesando
           el desierto, con árboles en sus orillas… Nunca había visto el agua al abierto bajo el
           cielo excepto en las ilustraciones de los libros. Agua libre, agua al cielo abierto… una
           irrigación de agua… se necesitaban cinco mil metros cúbicos de agua para irrigar una

           hectárea de terreno en la época de la germinación, recordó.
               —Nuestro primer objetivo en Arrakis —dijo su padre— es crear zonas de hierba.

           Comenzaremos  con  una  variedad  mutante  para  terrenos  áridos.  Cuando  hayamos
           acumulado  suficiente  humedad  en  las  zonas  herbosas,  plantaremos  árboles  en  los
           declives,  luego  algunas  extensiones  abiertas  de  agua…  pequeñas  al  principio…  y

           situadas  a  lo  largo  de  las  líneas  de  vientos  dominantes  con  trampas  de  viento
           precipitadoras  de  humedad  a  fin  de  recapturar  al  viento  lo  que  nos  haya  robado.
           Tendremos  que  crear  un  verdadero  sirocco,  un  viento  húmedo…  pero  nunca

           podremos pasarnos sin las trampas de viento.




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