Page 305 - Dune
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vista de todo el grupo reunido en la depresión. Esta es la prueba mashad, pensó. Pero
           Paul debe saber cómo son esa gente, aunque yo tenga que morir para que lo sepa.
               En el tenso silencio, Paul se inclinó hacia adelante para ver mejor a su madre. Al

           moverse,  oyó  una  respiración  afanosa,  que  se  cortó  bruscamente  sobre  él,  en  la
           vertical  de  la  pared  rocosa,  y  entrevió  una  sombra  que  se  recortaba  contra  las
           estrellas.

               —¡Tú, el de ahí arriba! —resonó la voz de Stilgar en la depresión—. Deja de dar
           caza al muchacho. Va a bajar ahora mismo.
               —Pero Stil, no puede estar lejos de… —respondió desde las tinieblas una voz de

           joven o de muchacha.
               —¡He dicho que lo dejes, Chani! ¡Especie de hueva de lagartija!
               Hubo una imprecación susurrada sobre Paul, y luego una voz muy baja:

               —¡Llamarme a mí hueva de lagartija! —pero la sombra desapareció.
               Paul volvió su atención hacia la depresión, donde Stilgar era una sombra gris al

           lado de su madre.
               —Venid todos —llamó Stilgar—. Se volvió hacia Jessica—. Y ahora soy yo quien
           te pregunta a ti: ¿cómo podemos estar nosotros seguros de que cumplirás tu mitad en
           nuestro trato? Sois vosotros quienes vivís entre papeles y contratos desprovistos de

           valor que…
               —Nosotras las Bene Gesserit no rompemos tampoco nuestras promesas —dijo

           Jessica.
               Hubo un tenso silencio, lleno de murmullo de voces:
               —¡Una bruja Bene Gesserit!
               Paul empuñó el arma de la que se había apoderado y la apuntó hacia la oscura

           silueta  de  Stilgar,  pero  el  hombre  y  sus  compañeros  permanecieron  inmóviles,
           mirando a Jessica.

               —Es la leyenda —dijo alguien.
               —La Shadout Mapes informó esto de ti —dijo Stilgar—. Pero algo tan importante
           como lo que dices debe de ser probado. Si tú eres la Bene Gesserit de la leyenda,
           cuyo hijo nos llevará al paraíso… —se alzó de hombros.

               Jessica  suspiró,  pensando:  Así  pues,  nuestra  Missionaria  Protectiva  ha
           diseminado  sus  válvulas  religiosas  de  seguridad  incluso  en  este  infierno.  Bueno…

           nos servirán, y esta es precisamente su finalidad.
               —La vidente que os ha traído la leyenda —dijo— os la concedió bajo el vínculo
           del  karama  y  del  ijaz,  el  milagro  y  la  inmutabilidad  de  la  profecía…  eso  lo  sé.

           ¿Queréis un signo?
               Las aletas de la nariz del hombre se dilataron bajo el claro de luna.
               —No hay tiempo para ritos —murmuró.

               Jessica recordó un mapa que le había mostrado Kynes mientras organizaba la vía




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