Page 201 - e-book
P. 201

AUTOR                                                                                               Libro
               peligro de quedar reducida a astillas de un momento a otro. Devoraron en un tiempo
               récord la enorme sartén de huevos que Emily había puesto en el centro. Ella comió
               apoyada en la encimera, como yo, evitando el pandemónium de la mesa, mientras
               observaba a los chicos con gesto de cariño. Su expresión afirmaba a las claras que
               aquélla era su familia.
                     No era exactamente lo que habría esperado de una manada de licántropos.
                     Pasé el día en La Push, la mayor parte del tiempo en casa de Billy, que dejó un
               mensaje en la comisaría y en el contestador de Charlie. Papá apareció a la hora de
               cenar con dos pizzas. Por suerte trajo dos familiares, porque Jacob se zampó una él
               sólo.
                     Charlie se pasó toda la noche mirándonos con gesto suspicaz, sobre todo a
               Jacob, que estaba muy cambiado. Cuando le preguntó por el pelo, él se encogió de
               hombros y le dijo que así estaba mucho más cómodo.
                     Sabía que en cuanto Charlie y yo nos fuéramos a casa, Jacob se dedicaría a
               correr   por   los   alrededores   en   forma   de   lobo   como   había   hecho   de   manera
               intermitente a lo largo del día. Él y sus hermanos de raza mantenían una vigilancia
               constante y buscaban indicios del regreso de Victoria. Pero, puesto que la noche
               anterior la habían ahuyentado de las fuentes termales —según Jacob, la habían
               perseguido casi hasta Canadá—, ella no tenía más remedio que hacer otra incursión.
                     No albergaba la menor esperanza de que Victoria se limitara a renunciar. Yo no
               tenía ese tipo de suerte.
                     Jacob  se  acercó  al  monovolumen   después  de  cenar  y  se  quedó  junto   a la
               ventanilla, esperando a que Charlie se marchara primero con el coche patrulla.

                     —No pases miedo esta noche —me dijo mientras Charlie fingía tener problemas
               con el cinturón de seguridad—. Estaremos ahí fuera, vigilando.
                     —No me preocuparé, al menos por mí —le prometí.
                     —No seas boba. Cazar vampiros es muy divertido. Es mejor parte de todo este
               lío.
                     Yo sacudí la cabeza.
                     —Si yo soy boba, entonces tú eres un perturbado peligroso.
                     Jacob soltó una risita.
                     —Descansa un poco. Se te ve agotada.
                     —Lo intentaré.
                     Charlie tocó el claxon, impaciente.
                     —Hasta mañana —se despidió Jacob—. Ven en cuanto te levantes.
                     —Lo haré.
                     Charlie me siguió hasta casa en el coche patrulla. No presté demasiada atención
               a   sus   luces   en   mi   retrovisor.   En   vez   de   eso,   me   pregunté   dónde   andarían
               merodeando Sam, Jared, Embry y Paul, y si Jacob se les habría unido ya.
                     Corrí hacia las escaleras en cuando llegamos a casa, pero Charlie vino detrás de
               mí.
                     —¿Qué está pasando, Bella? —me preguntó antes de que pudiera escapar—.
               Creía que Jacob formaba parte de una banda y que estabais peleados.




                                                                                                   - 201 -
   196   197   198   199   200   201   202   203   204   205   206