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DE ARISTARCO A BRUNO
El primer modelo heliocéntrico conocido se
debe a Aristarco de Samos (310 a.C.-230
a.C.). Su concepción se basaba en medidas
y no en meras elucubraciones. Conoció la
proporción entre la distancia Tierra-Sol y
la distancia Tierra-Luna. Observando un
eclipse de Luna determinó el tamaño del
satélite y, por tanto, su distancia y, de ahí, la
distancia al Sol y su tamaño. Al determinar
que el Sol era mucho más grande que la Tie-
rra y que la Luna, concibió de forma clara y
precisa su modelo heliocéntrico. En la Edad
Media cabe mencionar al muladí cordobés
Averroes (1126-1198) y especialmente a su
Nur ad-Din al-Bitruji fue el primer
discípulo AI-Bitruji (m. 1204) y a Nasir al-Din
astrónomo después de Ptolomeo que
al-Tusi (1201-1274), de Maraga, Persia, como presentó una alternativa a su modelo
defensores de la hipótesis heliocéntrica. del cosmos. Para Al·Bitruji el
Siempre se había considerado que las órbi- movimiento planetario respondía
a causas físicas.
tas eran circunferencias contenidas en esfe-
ras porque se aceptaba la idea aristotélica
de que el círculo era la figura más perfecta. Como las órbitas reales no lo eran
y, especialmente, la Tierra giraba en realidad alrededor del Sol y no al revés,
los modelos geocéntricos tuvieron que incluir epiciclos y otras complicaciones
siempre basadas en círculos y más círculos. Un círculo puede ser una figura
simple y perfecta, pero dos círculos ya no son un círculo, corrompiendo así la
sencillez y perfección aristotélicas. La descripción medieval del cosmos era
muy complicada, aunque fuera muy precisa. Esta complicación hizo que, pos-
teriormente, Voltaire pusiera en boca de Alfonso X la frase «Si Dios me hubie-
ra consultado sobre el sistema del universo, le habría dado unas cuantas ideas».
Copérnico mantenía la idea de la perfección del círculo, por lo que también
tuvo que añadir epiciclos. Y así procedió Tycho Brahe. Fue Kepler quien pres-
cindió de círculos y más círculos. Pero seguía manteniendo el Sol en el centro
del universo. Fueron Nicolás de Cusa y Giordano Bruno quienes propusieron
que ni la Tierra ni el Sol estaban en el centro ... porque no había centro.
orientación. También estos farallones podían estar excavados por
los selenitas para dotarse de una mayor protección. El interior de
lo que hoy llamamos cráteres lo utilizaban para la siembra Estos
aparecían frecuentemente a modo de agujeros, que Kepler pensaba
94 EL ASTROFÍSICO