Page 10 - NEUROCOMUNICACIÓN La píldora del crecimiento de tu marca personal
P. 10
ARTICULACIÓN
Se denomina articulación a la producción de sonidos en el lenguaje humano. Existen algunas
variantes en las que también se denomina vocalizar o pronunciar.
Una buena articulación facilita el entendimiento y evita la “desconexión” del cerebro de
nuestro interlocutor por no entender lo que decimos o para evitar el esfuerzo que supone
seguirnos.
Muchas veces, una mala articulación se produce por una excesiva rapidez de pensamiento y
por querer decir muchas cosas en un espacio pequeño de tiempo, confundiéndolo con la
necesidad de destacar lo verdaderamente importante de nuestro discurso en ese breve
intervalo. Esto, desafortunadamente, produce el efecto contrario al deseado y hace que
nuestro interlocutor oiga… pero no escuche.
Si nos fijamos, detrás de un mal comunicador está alguien que no articula bien, lo que no
ocurre en el caso de los buenos comunicadores ya que, para serlo, una buena articulación es
vital.
La manera de trabajarla es la práctica y ralentizar nuestra manera de hablar. Al igual que con la
escritura, que a veces corre más nuestro cerebro que nuestra mano y escribimos mal, tenemos
que hacer el mismo ejercicio con la articulación.
SILENCIOS
“Si no eres capaz de decir algo más bello que el silencio, mejor no digas nada”
(Proverbio árabe)
El silencio es energía pura que se transforma y adapta, es capaz de emocionar, de erizar la
piel, de hacer hablar o callar, de convertirse en la pregunta más poderosa, de mostrar
sumisión o dominio y, en definitiva, se convierte en una especie de código de activación
neurocomunicacional infalible.
El silencio estaría a caballo entre el lenguaje verbal y el gestual, un híbrido que se ha
posicionado como una de las armas más poderosas de la neurocomunicación. Antes se
entrenaba a vendedores y comunicadores para, a través del habla, inundar de ideas y
conceptos a los interlocutores; sin embargo, hoy se trabaja el silencio como uno de los
elementos clave y más importantes para llegar a transmitir y comunicar de verdad.
Los vendedores de alto impacto lo utilizan para “activar” a clientes indecisos o lentos en la
toma de decisiones y después de una afirmación potente o de una pregunta se quedan en
silencio mirando a los ojos (prueba del silencio). Esto activa el cerebro a modo de despertador
de forma que se ve obligado a reaccionar y a decir algo.

