Page 90 - prueba
P. 90
competitivos tecnológicamente en la economía globalizada y aquellos que
no lo son tanto.
La enseñanza es un fenómeno cultural y los cambios culturales
disruptivos que suponen abandonar las tradiciones de un modo radical
cuestan mucho, ya que suelen estar profundamente arraigadas. Tan
arraigadas que ni siquiera somos conscientes de que solemos enseñar del
mismo modo que aprendimos, y que la inmensa mayoría de los profesores
asumimos ese modo culturalmente aceptado como el único posible. El
modo tradicional de enseñar supone un conjunto de convenciones
culturales profundamente arraigadas y por ello muy difíciles de cambiar.
Metodologías activas versus profesores
magistrales estrellas
Eric Mazur ya había mostrado que los mejores profesores tradicionales
(premiados de Harvard) solo consiguen mejorar marginalmente los
resultados de ganancias de aprendizaje que sus alumnos obtienen (25%)
con respecto a los que consiguen los profesores mediocres (23%), y eso,
con alumnos selectos como los de Harvard. Es decir, utilizando métodos
tradicionales con la mejor “materia prima” posible (alumnos top con
profesores top) el aumento de la ganancia media de comprensión es
marginal sólo se gana un 2% de mejora en la ganancia conceptual media.
Esta mejora es ridícula si la comparamos con las ganancias normalmente
obtenidas por el método activo que, al menos, duplica las ganancias
obtenidas con el método tradicional. Evidentemente si mantenemos el
método de enseñanza tradicional no es por su pobre eficacia sino por la
gran comodidad que representa repetir lo que ya se hizo el año anterior.
Sin embargo, muchos profesores justifican su obcecado empeño en seguir
usando el método expositivo tradicional con el siguiente argumento: “la
clase magistral no es un mal método sino que son pocos los profesores que
la dan bien”. De este modo, el problema no sería el método expositivo
magistral, sino su imperfecta implementación por parte de los profesores
mediocres.
Deslauriers diseñó un estudio para poner a prueba esta hipótesis, que fue
publicado en la prestigiosa revista Science en 2011. El diseño del estudio
(head to head) usaba como control a un profesor estrella que enseñaba
72