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Pero como en esta cuestión muchos hacen pastiches entre opinión pública, opinión
popukr opinión de masa, es necesario aclarar este punto. La distinción clásica se
establece entre opinión pública 1 opinión popular. La primera es una opinión de los
públicos sobre cosas públicas (no sobre todo) a la que no se pide racionalidad (sería
excesivo), sino autonomía. La segunda es simplemente una opinión extendida. de éxito
(y sobre cualquier tema), que no etá sorneuda a ninguna condición, excepto a la de ser
sostenida por muchos. Así pues, mucho cuidado con confundir ambas cosas. Es verdad
que la opinión pública y la opinión popular no están completamente separadas, porque
lo que se consolida como opinión pública en una determinada materia nace, o también
puede nacer, de opiniones populares. Pero no necesariamente es así, y de todas formas
la validez analítica de la distinción no cambia (cfr Nisbet, 1982, págs. 249-253).
La distinción entre opinión pública y opinión de masas se apoya, en cambio, en el
contraste entre élite y no élite. Renato Parascandolo (1997, págs. 43-44) la describe así:
«La opinión pública es una esfera circunscrita, una élite de ciudadanos [...] dotados de
conciencia civil [...] que se basa en la argumentación racional, en la fuerza del
razonamiento, mientras que la opinión de masas se alimenta de la sugestión, de la
demagogia, de la visceralidad [...], de la irracionalidad». Sí y no. La opinión pública
puede ser elitista en los leaders de opinión que la inspiran, pero no es elitista en sí
además podría tener una extensión igual a la de las opiniones populares). Precisado esto,
el vaciamiento de la opinión pública inducido por la televisión sí que puede ser descrito
como un tránsito a una opinión de masas; dejando así claro que ésta última es una
opinión degradada que pone en peligro la democracia representativa y hace que la
democracia directa sea desastrosa.
Retomando el hilo de mi discurso diré entonces lo siguiente: el ciudadano expresa, y
se expresa, en una opinión pública, mientras que el sub-ciudadano al que ni siquiera
interesa su ciudad se expresa en una opinión de masas. Es además el estado de la
opinión que más socava la posibilidad misma del super-ciudadano que se autogobierna.
E incluso será verdad que la ciudadanía de la era electrónica se caracteriza por la
posibilidad de acceder a informaciones infinitas. Pero decir esto es como decir que la
ciudadanía en el capitalismo permite a todos convertirse en capitalistas. Muchas gracias.