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3. DEMOCRACIA CONTINUA YDEMOCRACIA DELIBERATIVA
La tecnología, como explica estupendamente Stefano Rodotá (1997), da entrada a la
«tecnopolítica» y con ésta nos propone una «democracia continua». Esta democracia
continua es verdaderamente practicable (sin duda la tecnología la hace posible).
¿Funcionaría mejor que la democracia representativa? ¿Es una democracia más
avanzada que nos hace avanzar? Rodotá hace suya, de entrada, la conocida tesis de
Rousseau del pueblo inglés «que cree ser libre» pero que se engaña, porque solamente
lo es cuando elige a los miembros de su parlamento; después de esta elección vuelve a
convertirse en «esclavo, ya no es nada» (Contrato social, III, cap. 15). Pero esta tesis es
infundada. Porque en el intervalo entre una elección y otra, los elegidos están guiados
por el principio de las «reacciones previstas», y por tanto cotidianamente dan por
descontado las reacciones previsibles de sus electores. En las cuestiones más sentidas
por los votantes, SUS representantes se hacen en gran medida étero-directos. Ycon la
sondocracia (sondeo-cracia) la auscultación de los representantes se hace prácticamente
cotidiana. Así pues, entre una elección y otra no hay ningún «pueblo esclavo».
Por tanto, yo no estoy de acuerdo con la afirmación de que «una de las cuestiones más
espinosas de la democracia de los modernos siempre se ha referido al modo de colmar
el vacío entre una elección y otra, de interrumpir el silencio de los ciudadanos, de
rescatarlos de esa condición de esclavitud que atacaba Rousseau» (Rodot, l997,p.8).
Pero si el problema de la intermitencia no me turba, la democracia continua de Rodoti
sigue siendo interesante porque es sobre todo una «democracia deliberativa», es decir,
una democracia compartida por los ciudadanos que intenta unir elementos de
democracia directa y elementos de democracia representativa.
El primer problema lo encontramos en la expresión «democracia deliberativa». En
Habermas, y también en la inteligente y original propuesta de James Fiskin (1991),
deliberation significa debate y discusión2. En cambio en italiano se dice: primero
conocer y después deliberar. Lo cual significa que en italiano deliberar puede ser, y a
menudo lo es, solamente decidir, solamente elegir. Con frecuencia en italiano el término
se usa como sinónimo de votar. Yen este caso por aquí no vamos bien. Porque el
problema está precisamente en esta diferencia: la diferencia entre un decidir-votar que
es precedido y orientado por una enlightened discussion (la fórmula de Fiskin), y un
decidir-votar que solamente expresa preferencia, acto de voluntad. Este contraste se
puede traducir, técnicamente, en la diferencia entre decisiones por suma positiva y
decisiones por suma nula (o incluso suma negativa). Una deciSión es por suma positiva
cuando todas las partes en juego vencen u obtienen algo; y es bastante evidente que este
resultado está vinculado al gobierno por discusión (la deliberation inglesa). Por el
contrario, en una decisión por suma nula quien gana, gana todo, y quien pierde, pierde
todo. El referéndum, por ejemplo, es una técnica decisional de suma nula. Y este
resultado es bastante probable cuando tenemos un decidir-votar que no está
«contratado» sobre el mérito y en el mérito, sino que expresa preferencias pre
constituidas (cfr Sartori, 1987, págs. 214-253; Sartori, 1993, págs. 78-88).