Page 132 - Cementerio de animales
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gastado, y así tenían comida por algún tiempo. Y la historia que contaban era que una
           noche,  mientras  todos  dormían,  el  "wendigo"  había  pasado  por  la  aldea  o
           campamento  y  los  había  tocado.  Y  todo  el  mundo  sabía  que  el  "wendigo"  daba  a

           aquellos que tocaba el gusto por la carne de su propia especie.
               —Lo que equivalía a decir que el diablo les había inducido a ello —asintió Louis.
               —Más  o  menos.  Personalmente,  yo  sospecho  que  los  micmacs  de  por  aquí

           tuvieron que hacerlo en alguna ocasión y que enterraron los huesos de las víctimas,
           una o dos o quizá una docena, en el cementerio de ahí arriba.
               —Y luego dijeron que se había corrompido la tierra —murmuró Louis.

               —Y aquel día Stanny B. se presentó en el almacén, seguramente en busca de una
           botella —dijo Jud—. Ya venía un poco achispado. La gente decía que su abuelo dejó
           al morir más de un millón de dólares… Y Stanny B. era el mendigo del pueblo. Al

           verme llorar me dijo que él sabía cómo arreglar el asunto, pero que yo tenía que ser
           valiente y estar bien seguro de desear que lo arreglara.

               »Yo le dije que haría cualquier cosa para que "Spot" se curara y le pregunté si
           conocía  a  algún  veterinario  que  pudiera  conseguirlo.  «Yo  no  conozco  a  ningún
           veterinario, pero sé cómo arreglar lo de tu perro —dijo él. Y añadió—: Vete a casa y
           di a tu padre que meta al perro en un saco, pero no se te ocurra enterrarlo, ¿eh? Lo

           llevas a Pet Sematary y lo dejas al pie de los troncos. Cuando lo hayas hecho, ven a
           avisarme.»

               »Yo  le  pregunté  de  qué  serviría  eso,  y  Stanny  me  dijo  que  aquella  noche  me
           quedara  despierto  y  que  cuando  él  me  tirara  una  piedra  a  la  ventana,  bajara  a
           reunirme con él. «Y quizá sea más de medianoche, chico. Pero si te olvidas de Stanny
           B. y te duermes, Stanny B. se olvidará de ti y entonces adiós, perro, y al infierno con

           él.»
               Jud miró a Louis y encendió otro cigarrillo.

               —Todo ocurrió tal como dijo Stanny. Cuando llegué a casa, mi padre me dijo que
           había disparado un tiro en la cabeza a "Spot" para ahorrarle sufrimientos. Y fue él
           mismo el que me habló de Pet Sematary. Me dijo si no me parecía que "Spot" querría
           que lo enterrase allí y yo le contesté que seguramente. Y allí me fui, arrastrando el

           saco con el perro dentro. Mi padre me preguntó si necesitaba ayuda y yo, recordando
           las palabras de Stanny B., contesté que no.

               »Aquella noche estuve despierto una eternidad, o así me parecía a mí. Ya sabes lo
           que  es  la  espera  para  un  niño.  Yo  me  figuraba  que  ya  tenía  que  amanecer  de  un
           momento a otro y entonces el reloj daba las diez, o las once. Un par de veces casi di

           una  cabezada,  pero  siempre  volvía  a  espabilarme  como  si  alguien  me  hubiera
           sacudido por un hombro diciendo: «¡Despierta, Jud! ¡Despierta!» Parecía que había
           allí algo que quería asegurarse de que no me dormía.

               Louis arqueó las cejas al oír esto, y Jud se encogió de hombros como diciendo




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