Page 237 - El Misterio de Salem's Lot
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Ben se hizo cargo de la situación.
               —¿Dónde llevaron el cadáver de ella?
               Pauline se pasó las manos por las caderas, para asegurarse de que su uniforme

           estaba impecable.
               —Bueno,  hace  una  hora  hablé  por  teléfono  con  Mabel  Werts  y  me  dijo  que
           Parkins Gillespie iba a llevar el cadáver directamente a esa casa funeraria judía que

           hay en Cumberland. Como nadie sabe dónde está Cari Foreman...
               —Gracias—dijo Cody.
               —Qué cosa tan espantosa —dijo ella, mientras sus ojos se volvían hacia la casa

           vacía  del  otro  lado  del  camino.  El  coche  de  Tony  Glick  seguía  en  el  camino  de
           entrada  como  un  perro  grande  y  polvoriento  a  quien  hubieran  dejado  encadenado
           antes de abandonarlo—. Si yo fuera una persona supersticiosa, tendría miedo.

               —¿Miedo de qué, Pauline? —interrogó Cody.
               —Oh... miedo —sonrió vagamente, mientras sus dedos subían hasta una cadenita

           que le colgaba del cuello, con una medalla de san Cristóbal.



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               De nuevo estaban sentados en el automóvil, desde donde habían visto, sin decir

           palabra, cómo Pauline se marchaba hacia su trabajo.
               —¿Y ahora? —preguntó Ben.
               —Menudo lío —reflexionó Jimmy—. El de la funeraria es Maury Green. Tal vez

           tendríamos que ir con el coche hasta Cumberland. Hace nueve años, el hijo de Maury
           estuvo a punto de ahogarse en el lago. Casualmente, yo estaba allí con una amiga y le
           hice la respiración artificial al chico. Le puse de nuevo el motor en marcha. Quizá

           esta vez tenga que aprovecharme de la buena disposición de él.
               —¿Y  de  qué  servirá  la  buena  disposición?  Los  funcionarios  del  condado  se
           habrán llevado el cadáver para hacerle la autopsia, o lo que corresponda.

               —Lo dudo. Hoy es domingo, ¿recuerdas? Uno de ellos es geólogo aficionado y
           estará de excursión por el bosque. Y Norbert... ¿te acuerdas de Norbert?
               Ben asintió con un gesto.

               —Norbert debe de estar de guardia, pero es un excéntrico. Lo más probable es
           que haya descolgado el teléfono para ver el partido de béisbol. Si vamos ahora a la
           casa funeraria de Maury Green, hay bastantes probabilidades de que el cuerpo siga

           ahí y que nadie lo reclame hasta el anochecer.
               —Bueno, vamos —asintió Ben.
               Recordó que tenía que llamar al padre Callahan, pero eso tendría que esperar. Las

           cosas  iban  muy  deprisa,  demasiado  para  su  gusto.  Fantasía  y  realidad  se  habían




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