Page 302 - El Misterio de Salem's Lot
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—Un Packard —dijo Ben—. Un Packard negro.
—Entonces le conocen.
—Digámoslo así.
—Pagó en efectivo. Cosa rara, teniendo en cuenta el importe de la compra. Pero
es posible que si se ponen en contacto con él...
—Sí, es posible —asintió Ben.
De vuelta en el coche, discutieron el asunto.
—En Falmouth hay una tienda... —empezó el padre Callahan.
—¡No! —exclamó Ben—. ¡No! —El matiz de histeria que vibraba en su voz hizo
que todos se miraran—. ¿Y cuando lleguemos a Falmouth y descubramos que Straker
también ha pasado por ahí? ¿Entonces iremos a Portland, a Kittery? ¿A Boston? ¿No
os dais cuanta de lo que sucede? ¡Lo ha previsto todo!
—Ben, sé razonable —intervino Jimmy—. ¿No te parece que por lo menos
tendríamos...?
—¿No recuerdas lo que dijo Matt? «No debéis engañaros pensando que porque
no puede levantarse durante el día tampoco puede haceros daño.» Mira tu reloj,
Jimmy.
—Las dos y cuarto —dijo Jimmy, y levantó los ojos al cielo como si dudara de las
agujas. Pero era así: las sombras se inclinaban ya hacia el otro lado.
—Se nos ha anticipado —insistió Ben—. Cada paso que hemos dado, él lo dio
antes que nosotros. ¿Acaso pudimos siquiera imaginar que él podía ignorar
alegremente nuestra existencia? ¿Que jamás tuvo en cuenta la posibilidad de que lo
descubrieran y le hicieran frente? Tenemos que ir ahora, en vez de perder el resto del
día discutiendo cuántos ángeles pueden bailar sobre la cabeza de un alfiler.
—Tiene razón —dijo con serenidad Callahan—. Lo mejor es que dejemos de
hablar y nos pongamos en marcha.
—Pues entonces, vamos —urgió Mark.
Jimmy salió velozmente del aparcamiento de la floristería, haciendo chirriar los
neumáticos sobre el asfalto. El propietario se los quedó mirando: tres hombres, uno
de ellos sacerdote, que iban con un niño en un coche con matrícula de médico y que
hablaban a gritos de los disparates más increíbles.
11
Cody llegó a la casa de los Marsten desde Brooks Road, del lado que no daba al
pueblo, y al verla desde ese nuevo ángulo, Donald Callahan pensó: Vaya, realmente
se eleva sobre el pueblo. Qué raro que no me haya dado cuenta antes. Debe de tener
una proyección perfecta allí, retrepada en su colina por encima del cruce de Jointner
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