Page 304 - El Misterio de Salem's Lot
P. 304
escapar un grito. La flamante cerradura Yale yacía a sus pies, sobre el suelo de
madera del porche, convertida en una masa casi irreconocible. Mark se inclinó a
recogerla y exhaló un gemido.
—¡Quema! —exclamó.
Callahan se apartó de la puerta, tembloroso, mientras miraba la cruz que tenía en
la mano.
Ben empujó la puerta, que se abrió sin dificultad. Esperó a que Callahan entrara
primero. En el vestíbulo, el sacerdote miró a Mark.
—Al sótano se llega por la cocina —explicó el chico—. Straker está en el piso de
arriba. Pero... —Hizo una pausa, con el entrecejo fruncido—. Hay alguna diferencia,
aunque no sé qué es. No es lo mismo que antes.
Primero fueron al piso superior, y aunque Ben no abría la marcha, al aproximarse
a la puerta del fondo del pasillo sintió el aguijonazo de un terror ancestral. Ahora,
casi un mes después de haber regresado a Salem's Lot, estaba a punto de ver por
segunda vez el interior de esa habitación. Cuando Callahan empujó la puerta y la
abrió, Ben levantó los ojos, y antes de poder detenerlo sintió que un alarido se
escapaba de su garganta, agudo, histérico.
Pero el que pendía de la viga por encima de sus cabezas no era Hubert Marsten, ni
su espíritu.
Era Straker, colgado cabeza abajo como un cerdo en un matadero, con la garganta
abierta.
Estaba completamente desangrado.
12
—Santo Dios... —murmuró el padre Callahan—. Santo Dios.
Lentamente, entraron en la habitación, Callahan y Cody por delante, mientras
Mark y Ben se mantenían atrás, el uno muy cerca del otro.
A Straker le habían atado ambos pies para después izarlo y dejarlo ahí colgado.
Alguna parte recóndita del cerebro de Ben pensó que debía haber sido un hombre de
una fuerza descomunal el que levantó ese peso muerto hasta una altura en que las
manos inertes no llegaban a tocar el suelo.
Jimmy le tocó la frente y después levantó una mano del cadáver.
—Hace unas dieciocho horas que ha muerto —dijo, mientras dejaba caer la mano
con un estremecimiento—. Dios mío, qué manera tan espantosa de... Esto no lo
entiendo. Quién... por qué...
—Ha sido Barlow —dijo Mark, que miraba el cadáver de Straker con ojos
impávidos.
www.lectulandia.com - Página 304