Page 361 - El Misterio de Salem's Lot
P. 361

—Basta, Mark. ¡Basta!
               Mark se llevó las manos a la boca para detener el balbuceo de la histeria antes de
           que empezara a desbordarse. Por encima de las manos, su mirada se clavó en la de

           Ben.
               —En el aparador del vestíbulo encontré una linterna, sabes —pudo continuar por
           fin—.  Y  en  ese  momento  fue  cuando  Jimmy  se  cayó  y  empezó  a  gritar.  Se...  yo

           también me habría caído, pero él me previno. «Cuidado, Mark», fueron sus últimas
           palabras.
               —Pero ¿qué fue? —insistió Ben.

               —Barlow y los otros destruyeron la escalera —explicó Mark con voz monocorde
           —. Aserraron todos los escalones hacia abajo, a partir del tercero. Dejaron un trozo
           del  pasamanos  más  para  que  pareciera...  para  que...  —Sacudió  la  cabeza—.  En  la

           oscuridad, Jimmy creyó que todo estaba bien.
               —Ya —asintió Ben—. ¿Y los cuchillos?

               —Estaban  todos  dispuestos  abajo,  en  el  suelo  —susurró  el  chico—.  Ellos
           atravesaron los cuchillos en un trozo de madera y les quitaron los mangos para que la
           madera quedara plana, con las hojas hacia arriba...
               —Oh  —gimió  Ben,  impotente—.  Oh,  Cristo.  —Se  inclinó  y  aferró  de  los

           hombros al muchacho—. ¿Estás seguro de que está muerto, Mark?
               —Sí. Te... tenía media docena de heridas. Y la sangre...

               Ben  volvió  a  consultar  el  reloj.  Las  cinco  menos  diez.  Volvió  a  acosarle  la
           sensación de apremio, de que el tiempo se le escapaba.
               —¿Qué haremos ahora? —preguntó Mark.
               —Ir al pueblo para telefonear a Matt. Después iremos a ver a Parkins Gillespie y

           hablaremos con él. Antes de que oscurezca tenemos que acabar con Barlow.
               Mark sonrió con una mueca débil y enfermiza.

               —Es lo mismo que dijo Jimmy. Pero él sigue infligiéndonos derrota tras derrota.
           Otros mejores que nosotros deben de haberlo intentado, y fracasaron.
               Ben miró de nuevo al chico y se preparó para hacer algo horroroso.
               —Pareces asustado —le dijo.

               —Estoy asustado —confirmó Mark, sin reaccionar—. ¿Tú no lo estás?
               —Sí, lo estoy —contestó Ben—, pero también estoy loco de furia. He perdido a

           la  chica  que  amaba...  Y  los  dos  hemos  perdido  a  Jimmy.  Y  tú  has  perdido  a  tus
           padres. Están tirados en la sala de tu casa, cubiertos con la funda del sofá —se obligó
           a decir brutalmente—. ¿No quieres volver a echar un vistazo?

               Mark se apartó de él con expresión dolorida y horrorizada.
               —Quiero que sigas conmigo —continuó Ben, y sentía asco de sí mismo. Estaba
           hablando como un entrenador de fútbol antes del gran partido—. No me importa si

           Atila y los hunos lehicieron frente y salieron derrotados. Ésta es mi oportunidad. Y




                                        www.lectulandia.com - Página 361
   356   357   358   359   360   361   362   363   364   365   366