Page 368 - El Misterio de Salem's Lot
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que no me siento capaz de mirarle? Ve tú solo.
—Mark, tenemos que ir los dos.
Mark tomó los dos frasquitos y los hizo rodar lentamente contra su pecho.
—Oh, Dios —gimió—. Oh, Dios... —Miró a Ben e hizo un gesto de
asentimiento, espasmódico y doloroso—. Está bien, vamos allá.
—¿Dónde está el martillo? —preguntó mientras bajaban.
—Lo tenía Jimmy.
—Bien.
Azotados por el viento, cada vez más fuerte, subieron los escalones del porche. El
sol rojizo se encendía entre las nubes y teñía todo con su color. Dentro, en la cocina,
el hedor de la muerte era palpable y húmedo, y pesaba sobre ellos como una losa de
granito. La puerta del sótano seguía abierta.
—Tengo miedo —susurró Mark, estremeciéndose.
—Es mejor que lo tengas. ¿Dónde está la linterna?
—En el sótano. La dejé allí cuando...
—Está bien.
Estaban ante la entrada del sótano. Como había dicho Mark, las escaleras
parecían intactas bajo la luz del crepúsculo.
—Sígueme —dijo Ben.
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Ahora voy hacia mi muerte, pensó Ben sin inquietud alguna.
La idea surgió con toda naturalidad, sin temor ni nostalgia. Toda emoción se
perdía bajo la atmósfera maligna que reinaba en ese lugar. Mientras se deslizaba
cautelosamente por la tabla que Mark había colocado para escapar del sótano, lo
único que Ben sentía era una calma glacial. Cuando vio que las manos le
resplandecían como si las llevara enfundadas en guantes fluorescentes, no se
sorprendió.
«No molestes el final de la apariencia. El único emperador es el emperador de los
helados.» ¿Quién había dicho eso? ¿Matt? Pero Matt estaba muerto. Susan estaba
muerta. Miranda estaba muerta. Wallace Stevens también estaba muerto. «Yo en su
lugar, nomiraría.» Pero Ben había mirado. Ése era el aspecto que uno tenía cuando
todo había acabado. El de algo roto y aplastado, que había estado lleno de diferentes
líquidos. No era tan terrible, no al menos como la muerte de él. Jimmy llevaba en el
bolsillo la pistola de McCaslin; todavía debía de seguir allí. Se la llevaría consigo, y
si el sol se ponía antes de que pudieran acabar con Barlow, entonces... primero el
chico, después él. No es que eso fuera bueno, pero era mejor que su muerte.
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