Page 69 - El Misterio de Salem's Lot
P. 69

Marinero extrañamente complaciente: Steinbeck en la primera hora, Chaucer en la
           segunda, la oración en la tercera, y la función del gerundio antes del almuerzo. Tenía
           los dedos permanentemente teñidos de amarillo, más que por la acción de la nicotina

           por el polvo de tiza, sustancia que para algunas personas es, también, algo a lo que se
           aficionan, hasta convertirse en adictos.
               Los chicos no le veneraban ni le querían; no era un Mr. Chips que languideciera

           en  un  rústico  rincón  de  Estados  Unidos  a  la  espera  de  que  llegara  Ross  Hunter  a
           descubrirlo, pero muchos de sus alumnos le respetaban, y algunos aprendían de él que
           la dedicación, por excéntrica o humilde que sea, es una cosa digna. A Matt le gustaba

           su trabajo.
               Subió a su automóvil, apretó demasiado el acelerador y el motor se ahogó. Esperó
           un  momento  antes  de  empezar  de  nuevo.  Sintonizó  en  la  radio  una  emisora  que

           transmitía rock and roll desde Portland y elevó el Volumen casi hasta distorsionar el
           sonido.  El  rock  and  roll  le  parecía  una  música  estupenda.  Marcha  atrás,  salió  del

           aparcamiento, se le caló el motor y volvió a ponerlo en marcha.
               Tenía una casita en las afueras, sobre Taggart Stream Road, y recibía muy pocas
           visitas. No se había casado y casi no tenía familia, sólo un hermano en Texas que
           trabajaba para una compañía petrolífera y no le escribía nunca. En realidad, Matt no

           echaba de menos su falta de vínculos. Era un solitario, pero la soledad no le había
           afectado en ningún sentido.

               Se detuvo ante el semáforo de Jointner Avenue y Brock Street, y después tomo el
           camino  de  su  casa.  Las  sombras  ya  se  habían  alargado,  y  la  luz  del  día  había
           alcanzado  una  belleza  extrañamente  cálida,  tersa  y  dorada,  como  un  cuadro
           impresionista francés. Matt miró hacia la izquierda, vio la casa de los Marsten, y se

           fijó con más atención.
               —Los  postigos  —dijo  por  encima  del  ritmo  desenfrenado  de  la  radio—.  Han

           vuelto a colocar los postigos.
               Echó un vistazo al retrovisor y vio que en la entrada para coches estaba aparcado
           un vehículo. Matt ejercía la docencia en Salem's Lot desde 1952 y jamás había visto
           un coche aparcado en esa entrada.

               —¿Es que vive alguien allí? —se preguntó, y siguió conduciendo.



                                                           16

                                                      18.00 h.





               Bill  Norton,  padre  de  Susan  y  principal  funcionario  electivo  de  Solar,  se
           sorprendió al descubrir que Ben Mears le gustaba muchísimo. Bill era un hombre alto
           y fuerte, de pelo negro, con complexión de camionero, y que a pesar de haber pasado




                                         www.lectulandia.com - Página 69
   64   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74