Page 28 - Las ciudades de los muertos
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Los observé detenidamente. Había tres auténticos: una columna djed y dos «ojos
de Horas», uno en cornalina y el otro de cerámica.
—Son piezas hermosas.
—¿De qué época datan?
—El ojo de cornalina es de la XXI dinastía y las otras dos piezas son ptolemaicas.
Volvió a observar con aire de desengaño los objetos. Los turistas esperan siempre
poder comprar la corona de Ramsés el Grande o el sujetador de latón de Cleopatra.
Cualquier otra cosa menos espectacular los defrauda. El barón señaló esperanzado la
máscara de momia. Negué con la cabeza y él se volvió hacia Ahmed.
—¿Es todo lo que tienen?
Ahmed se encogió de hombros y extendió los brazos como para indicar que era
voluntad de Alá que él poseyera aquellos objetos e inquirir que quiénes éramos
nosotros para cuestionar eso. Luego indeciso, con cierto aire de dramatismo, empezó
a decir:
—A menos que…
—¿Sí? —el barón escuchaba ávidamente.
—A menos que Su Excelencia esté interesado en comprar una momia.
—¿Una momia? —repitió, incrédulo—. Bueno, si está bien conservada, podría
considerarlo.
El fardo de debajo de la mesa. Dukh y Azzi se llevaron rápidamente las demás
cosas, mientras Ahmed lo desenvolvía y lo levantaba. Era pequeña, una momia de
una niña de la edad de Azzi. El lino era, sin duda, muy antiguo, y los vendajes eran
de los más complicados y elaborados que había visto. Habían envuelto la cabeza con
especial atención, colocando las vendas en forma de figura geométrica sobre el
rostro. Me incliné para observarla detenidamente.
—¿Y bien? —el barón Lees-Gottorp estaba impaciente.
—Reconozco que estoy un poco confuso. Hay marcas en las vendas que datan de
la XXII dinastía, del reinado de Osorkon I.
—¿Sí?
—Pero el estilo utilizado para envolver el cadáver es posterior, del tiempo de los
griegos o incluso de los romanos.
Frunció el entrecejo.
—¿No hay ejemplos de este tipo que puedan ser anteriores?
—No, como éste no.
—¿Y parecidos?
—Bueno, sí, pero…
—Excelente. Tenemos ante nosotros un hallazgo raro e importante —exclamó.
—Sabía que un hombre de gustos tan refinados como usted iba a apreciarla.
Además, le costará sólo cinco mil libras inglesas, no egipcias.
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