Page 125 - La máquina diferencial
P. 125

Dobló un billete de cinco libras, lo apretó contra el dorso de la tarjeta y se lo pasó.
           Era una suma cuantiosa. Una inversión deliberada.
               Tobias metió la mano bajo el mandil, encontró una grasienta cartera de cuero y

           metió dentro la tarjeta de Mallory y el dinero. Luego sacó un trozo muy manoseado
           de cartón brillante. «Don J. J. Tobias», rezaba la tarjeta en un grotesco y elaborado
           gótico mecánico. «Quinotropía y coleccionables teatrales». Había una dirección de

           Whitechapel.
               —No se preocupe por el número telegráfico de abajo —señaló Tobias—. Tuve
           que dejar de alquilarlo.

               —¿Le interesa a usted la quinotropía francesa, señor Tobías? —preguntó Mallory.
               —Oh, sí, señor —asintió Tobias—. Hoy en día está saliendo un material precioso
           de Montmartre.

               —Tengo  entendido  que  los  mejores  ordinateurs  franceses  utilizan  un  calibre
           especial de tarjeta.

               —El  calibre  napoleónico  —respondió  Tobias  de  inmediato—.  Tarjetas  más
           pequeñas  y  de  una  sustancia  artificial.  Se  mueven  con  mucha  rapidez  en  los
           compiladores. Esa velocidad resulta bastante conveniente en el trabajo quinotrópico.
               —¿Sabe dónde se podría alquilar uno de esos compiladores franceses, aquí en

           Londres? —¿Para traducir datos de tarjetas francesas, señor?
               —Sí  —respondió  Mallory,  fingiendo  un  mero  interés  superficial—.  Estoy  a  la

           espera  de  recibir  unos  datos  de  un  colega  francés  acerca  de  una  controversia
           científica, algo bastante abstruso, pero no deja de ser un asunto confidencial entre
           eruditos. Prefiero examinarlo en privado, cuando me convenga.
               —Sí, señor —dijo Tobias—. Es decir, sí que conozco a un individuo que posee un

           compilador francés, y le permitiría hacer lo que quisiera con él si la tarifa fuera la
           adecuada. El año pasado estuvo muy de moda el estándar francés en los círculos de

           chasqueadores londinenses. Pero las opiniones se han vuelto ahora en contra, debido
           a los problemas del Gran Napoleón.
               —¿De veras? —dijo Mallory.
               Tobias asintió, encantado de demostrar su autoridad.

               —Creo que ahora se tiene la sensación, señor, de que los franceses se estaban
           anticipando  demasiado  con  su  inmenso  proyecto  napoleónico,  ¡y  que  dieron  una

           especie de paso en falso técnico!
               Mallory se acarició la barba.
               —No estará hablando la envidia profesional británica, espero...

               —¡En absoluto, señor! Todo el mundo sabe que el Gran Napoleón sufrió un grave
           contratiempo a principios de este año —le aseguró Tobias—, y la gran máquina no ha
           vuelto a girar del todo bien desde entonces. —Bajó la voz—. ¡Algunos afirman que

           hubo  sabotaje!  ¿Conoce  ese  término  francés,  sabotage?  Viene  de  «sabots»,  los




                                        www.lectulandia.com - Página 125
   120   121   122   123   124   125   126   127   128   129   130