Page 222 - La máquina diferencial
P. 222
Mallory gimió.
—La futura esposa no... ¿Qué sucede ahora?
—Bueno, tiene que ver con mi compañero, Jerry Rawlings —murmuró Brian
mientras cuadraba las charreteras de los hombros con una expresión avergonzada—.
Jerry quería hacer las cosas como es debido con nuestra Madeline, Ned, porque
siempre hablaba de ella, y llevó una vida muy limpia por ella. Pero es que ha recibido
una carta en casa, Ned, ¡una cosa vil y horrenda! ¡Le ha destrozado el corazón!
—¿Qué carta, por el amor de Dios?
—Bueno, no estaba firmada, solo indicaba «Uno que lo sabe», pero quien la
escribió sabía mucho de nosotros, es decir, de la familia, todas nuestras pequeñas
cosas, y decía que Madeline había... Que no había sido casta. Solo que con peores
palabras.
Mallory sintió que una oleada de furia salvaje le subía hasta la cara.
—Entiendo —replicó con voz baja y estrangulada—. Continúa.
—Bueno, el compromiso está roto, como podrás suponer. La pobre Maddy está
sufriendo como nunca hasta ahora. Quiso hacerse daño, y ahora no hace nada sino
sentarse sola en la cocina y llorar a mares. Mallory se quedó callado mientras su
mente procesaba la información de Brian.
—He estado fuera mucho tiempo, en India y Crimea —siguió Brian con voz baja
y titubeante—, y no sé muy bien cómo están las cosas. Dime la verdad: tú no crees
que haya nada de cierto en lo que ese malvado chismoso le contó a Jerry, ¿no es así?
—¿Qué? ¿Nuestra Madeline? ¡Por Dios, Brian, es una Mallory! —El
paleontólogo dio un puñetazo en el mostrador—. No, es una infamia. ¡Un ataque vil y
deliberado contra el honor de nuestra familia!
—¿Cómo...? ¿Por qué nos harían algo así, Ned? —preguntó Brian con una
extraña expresión de furia lastimera.
—Sé por qué se hizo... y conozco al villano responsable. Brian abrió los ojos
como platos.
—¿Lo conoces?
—Sí. Es el tipo que me quemó la habitación. ¡Y sé dónde se oculta en este mismo
instante! Brian lo miró asombrado y silencioso.
—Lo convertí en mi enemigo a causa de un oscuro asunto de Estado —explicó
Mallory midiendo las palabras—. Ahora soy un hombre con cierta influencia, Brian,
¡y he descubierto intrigas mudas y secretas que un hombre como tú, un honesto
soldado de la Corona, apenas podría creer!
Brian negó lentamente con la cabeza.
—En la India he visto cometer vilezas paganas que pondrían enfermo a un
hombre recio —dijo—. ¡Pero ver que se hace en Inglaterra resulta más de lo que
puedo soportar! —Se mesó el bigote, un gesto que Mallory encontró extrañamente
www.lectulandia.com - Página 222