Page 96 - La máquina diferencial
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aquel hábil espía había tocado una profunda vena de satisfacción en su interior.
—Me llegó a cortar, el tipo aquel —siguió Mallory con su acento de Sussex más
marcado—. El día del derby, en las carreras. Un canalla desagradable y muy poco
común...
—¿Qué pasó?
—Derribé al muy sinvergüenza —dijo Mallory.
Oliphant se lo quedó mirando y luego estalló en carcajadas.
—Es usted un hombre con recursos inesperados, doctor Mallory.
—Yo podría decir lo mismo de usted, señor. —Mallory se detuvo a pensar antes
de continuar—. Pero tengo que decirle que no creo que ese individuo fuera a por mí.
Había una chica con él, una furcia, y los dos intimidaban a una dama.
—Continúe, por favor —lo alentó Oliphant—, lo que me cuenta es sumamente
interesante.
—Me temo que no puedo —dijo Mallory—. La dama en cuestión era todo un
personaje.
—Su discreción, señor —respondió Oliphant con serenidad—, dice mucho a su
favor como caballero. Un ataque con un cuchillo, sin embargo, es un delito grave.
¿No ha informado a la policía?
—No —dijo Mallory mientras saboreaba la agitación contenida de Oliphant—.
La dama otra vez, ya sabe. Temía comprometerla.
—Quizá —sugirió Oliphant— fue todo una charada, una calculada estratagema
para implicarlo a usted en una supuesta riña de juego. Algo parecido se hizo con
Rudwick, que murió, como bien recuerda, en un garito de carreras de ratas...
—Señor —dijo Mallory—, la dama no era otra que Ada Byron. Oliphant se
enderezó.
—¿La hija del primer ministro?
—No hay otra.
—No cabe duda —admitió Oliphant con tono repentinamente quebradizo—. Pero
se me ocurre que hay un buen número de mujeres que se parecen a lady Ada. Nuestra
reina de las máquinas es también una reina de la moda. Miles de mujeres siguen su
estilo.
—Nunca me la han presentado, señor Oliphant, pero la he visto en las sesiones de
la Real Sociedad. Asistí a su conferencia sobre la matemática mecánica. No me
equivoco.
Oliphant sacó un cuaderno de cuero de su chaqueta, lo apoyó en una rodilla y
destapó un bolígrafo.
—Hábleme, por favor, de ese incidente.
—¿En la más estricta confianza?
—Tiene mi palabra. Mallory presentó una versión discreta de los hechos.
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