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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO

                                                      Lección 6

                                       «Moriréis en vuestros pecados»


                                                     (Juan 8:24)




                  En Juan 8:24 Jesús dijo, «Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis
                  que  yo  soy,  moriréis  en  vuestros  pecados».  Estas  palabras,  dirigidas  primordialmente  a  los
                  fariseos entre los judíos (vv. 13-14, 22) en el templo (v. 20), son un excelente ejemplo del método
                  directo, franco y tajante que caracterizaba la predicación del Hijo de Dios.

                                             Conceptos actuales acerca de Jesús

                  Los  conceptos  sostenidos  por  muchas  personas  (sino  por  la  mayoría)  con  respecto  a  Jesús
                  incluyen los siguientes elementos: (1) Era clase de tipo afeminado y amanerado. (2) Fue un
                  hombre que nunca levantó la voz, nunca se enojó y nunca habló con términos fuertes. (3) Fue
                  un hombre que siempre habló en términos «positivos» (es decir, que nunca señaló o criticó o
                  expuso algo como malo o negativo). (4) Nunca reprendió a nadie, y para todos tenía palabras de
                  bondad y amabilidad. (5) Nunca se involucró en alguna polémica religiosa. (6) Nunca se opuso o
                  atacó la falsa enseñanza ni enseñó que otros deban hacerlo. (7) Nunca habló de una manera que
                  ofendiera a los demás, ni siquiera al alma más sensible.
                  ¡Cualquiera que haya leído bastante los cuatro evangelios, con algo de sentido común, ha podido
                  darse  cuenta  de  que  los  conceptos  previamente  mencionados  se  refieren  a  algún  «Jesús»
                  distinto al que describe el Nuevo Testamento! El espacio aquí no nos permite ni siquiera hacer
                  un breve repaso de la fuerza y firmeza de la vida y la predicación del Señor, pero será suficiente
                  decir que Él era lo opuesto a cada uno de los conceptos populares enlistados arriba.

                                      Conceptos actuales y actitudes hacia la predicación
                  Los conceptos más populares acerca de la predicación están basados, creo yo, en gran medida
                  en los conceptos erróneos que se tienen acerca de Cristo y de la manera en la que Él vivió y
                  predicó.  Algunas  de  las  actitudes  hacia  la  predicación  son  como  las  siguientes:  (1)  Los
                  predicadores no deben ofender a nadie (¡excepto al Señor y a los hermanos fieles!), ni siquiera
                  al alma más sensible (¡no vaya ser que se marchen y no regresen!). (2) Los predicadores no
                  deben hacer que nadie se sienta culpable de nada. En cambio, deberían animar a todos a hacer
                  lo que crean que es bueno para sí mismos.

                  (3) Los predicadores deberían ser completamente «positivos». Deberían enfocarse solamente
                  en las cosas «buenas» y con las cualidades «positivas» tales como el amor, la gracia, la paz, la
                  bondad, la esperanza, el cielo y cosas semejantes. No deberían tratar con los problemas ni
                  mencionar que existen. Deberían ignorar la ira de Dios, la justicia y el juicio de Dios, la necesidad
                  de  obedecer  los  mandamientos  de  Dios,  el  infierno,  la  necesidad  de  temer  a  Dios,  y  cosas
                  semejantes. (4) Los predicadores no deberían oponerse ni denunciar la falsa doctrina ni a sus
                  maestros, ni involucrarse en controversias.

                  (5) Los predicadores no deberían predicar en términos directos y definitivos que pudieran dar la
                  impresión de que el camino de Cristo es exclusivo. (6) Los predicadores nunca deben mencionar
                  nombres de instituciones o personas cuando exponen algunos falsos caminos, sino que deberían


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