Page 137 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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LA  ULTIMA  MUTACION  DEL  HELENISMO  ESPIRITUAL  137

         En Priene se agrupaban, alrededor de un patio, una gran sala que se
      abría a un vestíbulo cori columnas, dos estancias fflás pequeñas y un pór­
      tico. A ambos lados de las calles más importantes se dispuso un espacio
      de terreno dividido en tiendas independientes.
         En la isla de Apolo, a la sazón uno de ios centros privilegiados del
     gran comercio mediterráneo, las excavaciones han sacado a la luz tanto
     viviendas mediocres, comprimidas «ñas con otras entre cuatro calles,
     como lujosas residencias ; que ocupaban por sí solas una manzana entera.
     Estas ultimas, numerosas sobre todo en el harria del teatro, daban a una
     puerta única con un vestíbulo; se ordenaban alrededor de un patio cen­
     tral, generalmente bordeado por uní peristilo31 al que abocaban las es­
     tancias de recepción (especialmente el oicos)n y vivienda; en el centro,
     una cisterna recubierta con un mosaico recogía el agua, por otra parte
     indispensable en una isla sin fuentes. El plano no tenía nada de original,
     y desarrollaba los elementos anteriores, pero la abundancia y el lujo or­
     namental sí eran nuevos: en las estancias principales, el pavimento esta­
     ba hecho de mosaicos33 de un extremo refinamiento (el más destacable
     es el de Dionisos blandiendo el tirso), de brillante colorido; los muros es­
      taban revestidos de estuco pintado con vivos colores, que encuadraban
     fajas con escenas representadas; estatuas y estatuillas alegraban patios y
     habitaciones, como en la «casa de Hermes», suntuosa residencia con va­
     rias plantas y dos peristilos superpuestos, en la que la arquitectura esta­
     ba concebida en función de la decoración esculpida; mesas o asientos de
     mármol amueblaban armoniosamente los interiores. Es lógico que los
     comerciantes itálicos establecidos en Délos se sintieran a gusto en tan
     bellas casas, a la vez íntimas, aireadas y espaciosas, y que rápidamente las
     imitaran, primero en Campania y luego en Roma, donde el peristilo ten­
     dió a doblar el atrmm primitivo.



      Un éxito meditado: la ciudad

         Considerando el conjunto urbano, el progreso es absolutamente cla­
     ro. Es extraño que se permitiera a la ciudad desarrollarse por sí misma, al



        31.  El  pórtico  podía conllevar una planta en la fachada norte: entonces se llamaba
     rodio.
        32.  Estancia principal, generalmente situada en el lado norte y abriéndose al sur.
        33.  Véase la pág.  150.
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