Page 139 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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LA ÚLTIMA MUTACION DEL HELENISMO ESPIRITUAL 1 3 9
co y la fantasía teatral, no por ello olvidaban las necesidades más prácti
cas. Son conocidos, sobre todo a través de inscripciones, numerosos re
glamentos municipales que preveían la anchura de las calles o la distancia
entre las casas. El agua llegaba a través de acueductos y era distribuida
ampliamente, aunque sin desempeñar una función tan importante como
la que tendría más tarde en las ciudades romanas; también se organiza
ron servicios de recogida de basuras.
Los grandes edificios colectivos
Pese a la diversidad de los planos, los edificios destinados a la vida
colectiva tuvieron un desarrollo considerable en todas partes. Había sa
las de reunión para el consejo, que normalmente adoptan la disposición
del Tersilio de Megalopolis,36 y cuyo ejemplo más destacado es el buelu-
terion de Priene (principios del siglo II): de planta cuadrada, se abría so
bre el gran pórtico del agora con una disposición de gradas paralelas en
tres de sus lados que rodeaban el altar; unos pilares sobre las diagonales
soportaban un armazón visto. Se observa la misma sobriedad en ios bu-
leuterion de Míleto y de Aso, algo más recientes.
Pero el debilitamiento de la vida política explica que la creaciones
más bellas se destinaran sólo al placer y la comodidad de los habitantes.
Se manifestó una clara tendencia por los pórticos, que proporcionaban
monumentalidad al conjunto urbano, ofrecían refugio tanto contra ios ar
dores del sol como contra la lluvia, y cobijaban a transeúntes o filósofos.
Los romanos imitaron rápidamente esa tipología arquitectónica, aunque
con algunas modificaciones: la basílica conservará a lo largo del tiempo el
nombre de «pórticos reales» de Atenas o de las ciudades helenísticas.
A menudo, el pórtico era utilizado sólo para dar un marco más gran
dioso a un santuario (pórticos de Antigono Gonatas y de Fiiipo V, en
Délos) o para resaltar un paisaje urbano preexistente (pórtico de Eume
nes, a los pies de la parte sur de la acrópolis de Atenas, que conducía a
los templos de Asclepio y de Dionisos). Lo más corriente es que se alza
se en los márgenes del agora, a la que contribuía a limitar y ordenar. En
adelante, el agora, hasta entonces una simple plaza de mercado harto
inorgánica, se definiría, siguiendo la tipología de Mileto, como una pla
za rectangular porticada. Délos tenía numerosas ágoras cercanas al puer-
36. Sala de reuniones construida, en ei siglo IV, para ia asamblea de la confederación
a rea día, los Diez Mil.