Page 140 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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      to, donde se concentraba la principal actividad comercial de la isla. Co-
      rmto» Tasos y Magnesia del Meandro poseían las suyas, espaciosas y ar­
     mónicas. La de Atenas (fig. 3) era aún más notable, con sus tres nuevos
      pórticos, eí del centro, el del sur y el del este (ofrecido por Atalo II).
         En una civilización que se humanizaba, los edificios destinados a los
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      placeres colectivos se multiplicaron. Los teatros3" de piedra se adosaban
      a la ladera de una colina; elaboradas investigaciones matemáticas corre­
     gían las ilusiones ópticas para convertirlas en sabias composiciones ar­
     moniosamente insertas en el paisaje.  Una importante modificación del
      plano de los teatros permitió el desarrollo de un auténtico escenario per­
      manente: así como anteriormente los actores estaban colocados sobre
      una tarima de madera delante del proscenio, que hacía las veces de telón
     de fondo,  ahora se situaban encima del mismo.  La transformación es
     particularmente notoria en el teatro de Priene, datada en torno al 150.
         Incluso en las ciudades más modestas, los gimnasios, las palestras y los
     estadios son testimonio del gusto tradicional por los ejercicios físicos, base
     de toda educación liberal.53 El gimnasio, donde se reunía la juventud, se
     convirtió también en el centro universitario de la ciudad, donde los profe­
     sores vinculados a la institución impartían la enseñanza literaria, científica,
      filosófica y musical, y donde hablaban conferenciantes de paso. Esa fun­
      dón sólo se confirma, a partir del siglo III, a través de inscripciones, pero ya
      hacía un siglo que los gramáticos, retóricos o sofistas de Atenas se citaban
     en el gimnasio. Nuevas edificaciones respondieron a nuevas necesidades:
      sidas de conferencias {acroatena) y bibliotecas, mientras que, en los alrede­
      dores, se disponían jardines para los paseos délos filósofos. Los adultos de­
      seosos de entregarse al placer de la conversación no desdeñaban aquellos
      santuarios del cuerpo y del espíritu, colocados a partir de entonces al am­
      paro especial de un dios o de un héroe típicamente griegos, Hermes y ,He­
      racles, y que cada vez estaban más integrados en la ciudad, ya que, si antes
      eran ajenos a las aglomeraciones, alio ta solían estar cerca del agora,39


         37.  Los  teatros  helenísticos  más importantes son  los de Delfos,  Dodona, Oropo y
      Ddos, en Grecia;  Priene y Pérgamo,  en Anatolia; y Siracusa í refección   Hierón Π)  y
      Egesta, en  Sicilia.
         38.  Para la extensión  progresiva  de los gimnasios,  véase la fig. 7.  La palestra era,  al
      menos en teoría, un edificio para entrenarse en ¡a lucha. Se conocen bien las palestras he­
      lenísticas de Délos y de Olimpia.  Esta última {finales del siglo  ílt) sirvió de modelo para
      la descripción de la palestra canónica que hizo Vitruvio: las distintas estancias, vestuarios,
      salas de unción y baños muy simples se abrían a un  palto central perneado.
         39.  Sobre la función .delgimnasio en el Oriente griego, véase la pág. % .
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