Page 198 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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198 EL MUNDO HELENÍSTICO
fresco del crecimiento de Roma, desde los orígenes míticos hasta la se
gunda guerra púnica, e imitó a Eurípides en las tragedias psicológicas.
La influencia helénica no disminuyó con la generación siguiente. Lu
cio Accio, el mayor de los trágicos, también imitó a Eurípides. Los có
micos mezclaban las intrigas de distintas comedias griegas mediante el
procedimiento de la contaminatio; el mejor de ellos, Terencio, impreg
nado de lo más humano del helenismo, era un antiguo esclavo africano:
¿se quiere un ejemplo más claro de la unidad del mundo mediterráneo,
que el de aquel bereber que tradujo obras griegas al latín? Huyendo del
ejemplo de los primeros analistas, el viejo Catón, en sus Origines, relata
en latín los inicios de la Roma conquistadora.
En el siglo I, Lucrecio da una admirable expresión lírica a la filosofía
de Epicuro (véase la pág. 125) y Cicerón maneja con incomparable auto
ridad el período de Isócrates. Sus rivales también son deudores de la elo
cuencia helénica, como Hortensio, que busca el verbo florido de las es
cuelas de Asia, o Marco Junio Bruto, devoto de la sobriedad ática y
tratadista de retórica. Salustio toma por referente a Tucídides. Catulo es
un alejandrino tan bueno en sus confidencias íntimas como en su Epitala
mio de Tetis y Peleo, mitológico y galante.26 Los poetas de la época augus
ta helenizan con embeleso. Horacio, que imita los metros de Alceo y Safo,
exclama (Arte poética, 324): «La Musa ha concedido a los griegos el genio,
ha concedido el hablar con boca armoniosa a los griegos ávidos de gloria».
Virgilio escribe, sucesivamente, bucólicas, un poema didáctico y una epo
peya, como los maestros de Alejandría. La influencia helenística es aún
más visible en las carmina arrebatadas, y a menudo convencionales, de los
elegiacos: Propercio podía autoproclamarse (4,1) «el Calimaco romano».
Toda la literatura romana de la época republicana o augustea se dis
tingue de la literatura helénica coetánea únicamente por la lengua en
que está escrita. Eso no significa, sin embargo, que no tenga caracterís
ticas propias, como las de Alejandría, Cos o Atenas. No hay ejemplo más
evidente que el de Virgilio. Sus Bucólicas y sus Geórgicas recuperan te
mas tratados incesantemente por los alejandrinos, pero con el nuevo es
píritu del retorno a la tierra, preconizado por Augusto. La Eneida se
considera al mismo tiempo una litada y una Odisea, pero impregnada to
talmente del patriotismo romano y de la devoción por el emperador y su
raza.
26. Sobre Catulo traductor de Calimaco, véanse las págs. 107-108.