Page 199 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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MÄS ALLÄ DE LAS FRONTERAS POLÍTICAS 199
En el arte, la helenización venía de lejos, ya que, desde principios del
siglo V, el templo de la tríada aventina había sido decorado por los artis
tas griegos Damofilo y Gorgaso. Pero Roma era una ciudad modesta
donde, según Plinio el Viejo (16, 36), en tiempos de Pirro, las techum
bres eran todavía de tablillas. El mármol se usaba cada vez más. Se cons
truyeron basílicas en el Foro: la basílica Porcia (184), la basílica Emilia
(179) y la basílica Sempronia (169). Llegaron a Roma arquitectos griegos
como Hermodoro de Salamina (de Chipre), al que Q. Cecilio Metelo el
Macedónico fue a buscar para construir, en el campo de Marte, en me
dio de un gran pórtico (146), los templos de Júpiter Stator y de Juno, an
tes de que D. Junio Bruto, cónsul en el 138, erigiera uno a Marte: serían
los primeros templos de mármol en Roma. En efecto, poco a poco el
templo etrusco-itálico de ladrillo, erigido generalmente sobre un podio
elevado, fue reemplazado por un templo griego en mármol y períptero,
mientras los órdenes griegos sustituían al orden toscano. Los santuarios
de Largo Argentina muestran claramente la evolución: el templo C de fi
nales del siglo IV es etrusco-itálico, así como el templo A del siglo III, al
que se le añadió una perístasis corintia; el templo redondo B (principios
del siglo II) es de tradición helénica. Los templos cercanos al Forum oli
torium (siglos II y i) son dórico períptero, el primero, y jónico períptero
el segundo, mientras que el tercero sólo tiene columnas en tres de sus la
dos. En el siglo I, Pompeyo amplió el campo de Marte con un templo
consagrado a Venus Victrix, un teatro de piedra —el primero de Ro
ma— , pórticos y jardines. En las afueras de Roma cabe señalar el impo
nente santuario de la Fortuna Primigenia, en la acrópolis de Preneste, la
cual (tal vez desde el siglo II o, por lo menos, en tiempos de Sila) desple
gó, imitando a Pérgamo, un armonioso conjunto de terrazas y pórticos
superpuestos que culminaban en un hemiciclo y un tholos.
La helenización también influyó en la escultura. El culto de las ima
gines familiares y la glorificación de los héroes desarrolló rápidamente el
arte del retrato, que acentuó aún más el verismo helenístico. Paralela
mente, apareció el bajorrelieve histórico. En Delfos, Paulo Emilio con
sagró un pilar ornado con escenas de batalla para celebrar su victoria en
Pidna: fue un artista griego quien magnificó la derrota de los griegos pa
ra el triunfante emperador. En Roma, el primer ejemplo parece ser el
«altar» (hacia el 40) llamado de Cneo Domicio Ahenobarbo, uno de los
asesinos de César. Las grandes obras clásicas eran cada vez más copiadas
por los escultores neoáticos (véase la pág. 144), el más célebre de los cua
les fue Pasíteles, que obtuvo el derecho de ciudadanía en el 89: sin em