Page 84 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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84                     EL  MUNDO  HELENÍSTICO

     aumentó con el drenaje de los pantanos y la irrigación de los márgenes del
     desierto.17 La creación más hermosa del Imperio nuevo, el inmenso oasis
     del Fayum, recobró su vigor y se extendió tras el largo abandono de la
     Baja Epoca. Se introdujeron técnicas de perfeccionamiento de la irriga­
     ción: una máquina con rueda dentada y cuerda sin fin,18 o con el tornillo
     sin fin de Arquímedes,19 fueron reemplazando a los primitivos shadufs.
         Antes de Alejandro, la civilización de Egipto seguía siendo decidi­
     damente neolítica: Cl. Préaux señala que aún podían encontrarse las téc­
     nicas de la última edad de piedra, apenas influidas por el uso del cobre,
     del bronce o, excepcionalmente, del hierro. Con los griegos, se produjo
     una revolución brutal. Merced a la gran cantidad de hierro importado,
     las herramientas se tornaron más resistentes: arados, layas, azadas, gua­
     dañas y hachas eran de hierro; se utilizaba un arado sembrador20 y, tal
     vez, un lagar de tornillo sin fin para la uva y las aceitunas.
         Para aclimatar las nuevas especies, se hicieron grandes esfuerzos; el
     viñedo y el olivo, que ya existían en Egipto, aunque muy diseminados, se
     desarrollaron considerablemente para satisfacer las necesidades de los
     inmigrantes griegos; aparecen higueras, granados, manzanos y nogales,
     así como el ajo. A fin de paliar la falta de maderas de construcción, se fo­
     mentó la plantación de árboles en los escasos lugares donde era factible.
     Una verdadera selección permitió mejorar las semillas de trigo21 e intro­
     ducir carneros de Milesia, de abundante lana, y asnos de Siria.
         El ejemplo de la dorea de Apolonio es especialmente interesante. Si­
     tuada al borde de la depresión del Fayum,  donde la inundación no al­
     canzaba, era un cuadrado dividido en cuatro partes por dos grandes ca­
     nales ortogonales; en cada uno de los cuartos, cuatro fosas cortadas por
     un canal transversal establecían diez parcelas alargadas; un canal unía es­
     te  espacio  con las  vías  navegables  y con  el  Nilo.  En total,  los  canales
     constituían un 5 % de las tierras irrigadas. Seguidamente, hubo que pre­
     parar la tierra,  quemar la vegetación leñosa y roturar con el pico para
     empezar la explotación intensiva: Apolonio creó una vasto viñedo (exis-


         17.  Se crearon numerosos centros habitados en Egipto, por ejemplo en el nomo Ar-
     sinoitia Filadelfia (donde estaba la dorea de Apolonio), Carano, Tebtynis, y en la capital
     del nomo Cocodrilópolis o Arsinoe.
         18.  Esta máquina (llamada mechané u organon) aparece en los papiros a partir del
     siglo II. También se utilizaba en el Eufrates y el Orontes.
         19.  Véase la pág.  130.
         20.  Traído de Babilonia.
         21.  Anteriormente, sólo el almidonero estaba extendido en Egipto.
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