Page 252 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar
Un domingo estaba con hambre, cansado mentalmente, muy depresivo y nostálgico,
Salí de la pieza donde residía, a eso de las 10 de la mañana, con deseos de ir a la misa
de 12 a la iglesia del barrio estrada. Cuando Salí de misa, oré mucho, le pedí al alma de
mis padres, al divino niño Jesús y a Jesucristo, que me socorrieran algo para comer, ya
que llevaba 2 días sin hacerlo. Cuando me di cuenta, después de caminar mucho, me
senté a descansar en un estanque que está ubicado frente a la clínica Partenón, veci-
na del estadio de futbol del barrio Tabora, seguí orando con mucha fe, mire alrededor,
nadie conocido, cansado, con sed y con hambre, volví a orar, mirando al cielo, le rogué
a mi Dios y que creen, volví a mirar alrededor de donde estaba sentado y apareció un
billete de 50.000 pesos doblado, si, así como lo está leyendo, no me pregunte como,
pero fue un milagro. Llore de la felicidad, di gracias a mi Dios, por eso sigo repitiendo
hasta que me muera, Dios si existe, este testimonio es verídico.
En el incendio de los tanques de gasolina, ubicados en puente Aranda, sobre la ca-
rrera 50, unas cuadras antes de la avenida de las Américas y frente al club militar y los
batallones del ejército, fue terrible. Coca-Cola ayudo con la degustación, para refrescar
a la gran cantidad de bomberos, paramédicos, voluntarios y socorristas de la cruz roja.
Participe en el grupo de propaganda de la embotelladora de Bogotá, con los modernos
sistemas de dispensadores a la espalda, back pack, los mismos que se utilizaban para
la venta de gaseosa en los estadios. Nunca más volví a sentir ese infernal calor, que
experimente ese día, tampoco el miedo que sentí, ya que los grupos de rescate nos
decían: “En cualquier momento vamos a volar todos por la explosión de los tanques”,
mi Dios me dio valor para poder seguir ayudando, les cuento que me trague la muerte.
Comía un soberano mango chancletudo o una “manga”, como se conoce esta fruta
en el parque del ferrocarril, del municipio de Girardot, (hasta se me hizo agua la boca,
al acordarme de este retrato), de pronto, de un carro se bajó un tipo súper afanado y
me dijo: “Hermano, donde consigo de esos mangos que está comiendo con tanta
gana…?”, le dije que estábamos en la chiva de Néctar, descansando de las activida-
des diarias, saque uno y se lo di, “Gracias mano…”, me dijo “Cuanto le debo…?”, le
conteste “No señor, no se preocupe, le cobro únicamente el seguir en sus fiestas,
consumiendo aguardiente néctar o ron santa fe”. A los pocos minutos llega otra vez
el tipo, pero esta vez acompañado de una señora embarazada y me dice: “Mano, que
pena molestarlo”, la señora se bajó del carro y me dijo: “Señor, lo que pasa es que es
un antojo y yo quiero el mango que con tanta gana se está…”, quiere saber cómo
acabo todo…?, que tal si disfrutamos un néctar verde granizado y le cuento…? Ahh…!
Que ricooo…!
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