Page 254 - Biografia
P. 254

Yo Beto: Una Historia Chévere para contar



               Por el exceso de trabajo y el del vicio de fumar cigarrillo Marlboro, pero no se confun-
            dan con el Marlboro de ahora, que lo hacen en la que antes era la fábrica de Mustang,
            en la autopista sur. En esa época, mi vicio era muy caro, ya que era cigarrillo importado
            y lo complementaba con un encendedor plano y a gas, tan chicanero yo, no…?. Este
            vicio me hizo colapsar mis lindas cuerdas vocales, la noche en Villeta, yo debía lucirme,
            ya que era el compromiso de Coca-Cola, con la gobernación de Cundinamarca, mi res-
            ponsabilidad era la presentación de las candidatas al reinado nacional de la panela en
            Villeta, no sé si me paso lo mismo que en la Mesa…? Pueden leerlo en el capítulo de
            “Un supervisor “foráneo” pilas... muy pilas”, el caso fue que, amanecí sin voz, ustedes
            dirán, y eso que…? Pues que yo era el presentador, animador y coordinador del evento.


               Fui al médico y después del examen me dijo: “Estimado amigo, usted fuma…?” “Si
            doctor”, le conteste, entonces me dijo: “Pues si no deja ese vicio y como usted vive de
            su voz, deberá dejarlo, o aténgase que en seis meses quedara mudo ya que tiene nó-
            dulos en las cuerdas vocales”. Quede en shock, pensé, que hago, me fui para la iglesia
            del pueblo, a donde mi padre lindo y de rodillas le implore: “Señor ayúdame, tu sabes
            las consecuencias si no le hago caso al médico”, Él de inmediato me contesto, no me
            pregunten como, pero el milagro lo hubo. Me dijo: “Te vas para el hotel, no hables en
            todo el día y haces el siguiente remedio, mezclas brandy caliente, miel de abejas y
            jengibre, por espacio de 10 minutos, haces gárgaras, te tranquilizas y te prometo que a
            las 11 de la noche tendrás voz”, yo quede peor, pero con fe, ya que, si él lo decía, así
            iba a pasar. Hice al pie de la letra lo que mi Dios me dijo, pero yo también debía poner
            mi grano de arena para solucionar mi vida, así que le prometí: “Señor, si pasa lo que tu
            dices, dejo el vicio de fumar cigarrillo”, y así lo hice, hace 30 años.


               Eran las 11:30 de la noche, el parque de Villeta estaba abarrotado de gente, el mon-
            taje del espectáculo listo, las candidatas e invitados especiales listos, yo me eche la
            bendición, subí a la tarima, salude a la orquesta, al del sonido y el encargado del esce-
            nario me dijo: “Don Jorge, tome su micrófono y su libreto, el evento es todo suyo, buena
            suerte”, mire hacia arriba, mire al público y con toda la potencia de mi voz, dije: “Villeta,
            bueennaasss noooocheeess…!”, ustedes no se imaginan mi emoción, el milagro se
            había hecho, entonces yo también le cumplí. Bote la cajetilla de cigarrillos Marlboro y
            mi encendedor fino a gas y nunca más. Esa noche fue una de las más espectaculares
            que he vivido con el favor de Dios, algún día haré lo mismo con el trago, cuando lo haga
            les cuento, por el momento, porque no disfrutamos de un whisky solo sin mezclador ni
            hielo porque nos lo tiramos, ahh…! que ricooo…! Salud…






               Por la composición geológica de la arena de los jardines donde estaba ubicado el
            hotel el Campano en Coveñas, donde llegue a trabajar como administrador, de 5 de la
            mañana a 3 de la tarde. Después de las 3, era el primo hermano del dueño del hotel.
            La arena especial del hotel el Campano, que estaba a dos cuadras de la playa y su




                                                            254
   249   250   251   252   253   254   255   256   257   258   259